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Plaga

Ningún pueblo de la comarca cuenta con normativa contra el mosquito tigre

Los técnicos subrayan la idoneidad de la ordenanza de València y auguran que se acabará copiando

Fumigación en el casco urbano de Sueca a principios de verano, en una imagen de archivo. levante-emv

El Ayuntamiento de València ultima este mes una nueva ordenanza municipal con la que prevenir la aparición del mosquito tigre, redactada ante la evolución ascendente de la presencia del mosquito en tierras valencianas, sobre todo en los últimos tiempos. Una reglamentación que incluye obligaciones para particulares y sanciones que oscilan entre los 25 y los 3.000 euros para aquellos que las incumplan. Se trata de una medida, asimismo, novedosa en el marco valenciano: en la Ribera, ningún ayuntamiento cuenta con una reglamentación similar y las políticas adoptadas han sido tan solo campañas informativas sobre los potenciales focos de mosquitos y las formas de evitarlos; en ningún caso tenían carácter sancionador. Con todo, teniendo en cuenta la virulencia con la que irrumpió el insecto a principios de verano y de las recomendaciones de expertos y técnicos, todo indica que la medida se implantará a medio plazo en las localidades más grandes de la comarca, para ir poco a poco extendiéndose por el resto de la Ribera.

Regla común en otros lugares

Así lo contempla Ricardo Acosta, biólogo de Lokímica, quien indicó que en Cataluña „donde el mosquito tigre hace tiempo que está instalado„ la «práctica totalidad» de las poblaciones ya cuentan con ordenanzas municipales contra la propagación del mosquito en terrenos particulares. «Las estimaciones apuntan a que alrededor del 80 % de los focos, los sitios donde los mosquitos depositan sus larvas, se encuentran en plazas privadas». Desde macetas descuidadas hasta piscinas o barcos, la reglamentación implementada en València los contempla todos. «Es una ordenanza muy completa, que recoge lo mejor de las ya existentes y añade algunos puntos novedosos», afirmó el biólogo.

Tan completa que, según aseguró, muchos municipios estaban esperando a que se publique la versión definitiva para «fusilarla», en una versión idéntica para ellos. En esta dirección apuntó también Txema Peláez, presidente de la Mancomunitat de la Ribera Alta: «Tenemos interés en conocer la ordenanza de València y ver hasta qué punto se podría extrapolar. Es un tema tan novedoso que aún nadie se lo había planteado, pero se debe ir en esa dirección. Que un ayuntamiento grande como el de València lance algo así ayuda a que los demás también se apunten», afirmó Peláez.

Empuje a la concienciación

Se tratan estas de unas normas que podrían generar rechazo en principio, por el carácter sancionador de las mismas; no obstante, tanto autoridades como técnicos no dudan en primar, en este caso, el interés general a la hora de promulgar nuevas obligaciones para el ciudadano. «Hay quien tiene auténticos criaderos de mosquitos en casa y no hace nada», denunció Ricardo Acosta.

«Alguna medida habrá que tomar, sobre todo para que no moleste al resto del vecindario. No hay que sancionar a todo el mundo, pero en algunos casos sí es una herramienta para que la gente se ponga las pilas y tome medidas. La concienciación ha de ir por ahí», añadió al cabo el biólogo de Lokímica.

Txema Peláez ahondó en esta valoración y subrayó la importancia de que existan «consecuencias para el infractor». «Se trata de un ámbito en el que la administración, ahora mismo, no puede actuar para abordar el problema en el 80 % de los casos», declaró, poniendo en relieve el alto grado de incidencia de los nidos de mosquito tigre en el ámbito particular, «por lo que sería ideal ampliar que pudiésemos trabajar así», concluyó.

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