No todos los días se consigue una captura similar. Vicente Almenar, un conocido pescador de Cullera, logró esta semana una lubina de ocho kilogramos, una enorme pieza que no sorprende a los conocedores del hábitat del Xúquer, pero que no es fácil observar por las aguas del río y menos con un anzuelo en la boca.
El pescador ribereño, gran conocedor del río, emprendió una nueva jornada de pesca que adquirió un tinte novedoso con la captura de un «llobarro» de grandes dimensiones. Las lubinas viven en el mar Mediterráneo y en el océano Atlántico, desde las costas africanas (Dakar) hasta Noruega, aunque también se encuentran en las desembocaduras de los ríos.
Deambulan en bancos relativamente grandes, mientras que los ejemplares de más edad forman pequeños grupos o se vuelven solitarios. Devorador insaciable, con su boca hendida, suele alimentarse de pequeños crustáceos y quisquillas, gusanos, peces, erizos de mar y otros animales marinos. De ahí su sabor sutil y refinado. Deriva su nombre del latín «lupus», lobo, por ser, como este animal, depredador y carnicero, muy voraz y que ataca rápido a sus presas. Su peso se sitúa entre el medio kilo y los doce, por lo que el espécimen encontrado en Cullera es uno de los más grandes que se pueden pescar.