El modelo de recogida selectiva de basura puerta a puerta gana terreno. La Mancomunitat de Càcer, Alcàntera, Cotes y Sellent se destapó como la pionera en la recuperación de esa costumbre y realiza poco a poco las gestiones para poder implantarlo, pero no es la única interesada en el proyecto. La Mancomunitat de la Ribera Alta también estudia la posibilidad de implantar dicho modelo en otras siete localidades, aunque su objetivo a largo plazo es que el listado supere la veintena. En palabras de su presidente, Txema Peláez: «Tenemos que retirar los contendores, porque son puntos sucios en los que la gente tira de todo a cualquier hora, sin ningún tipo de control».
En la actualidad, la Mancomunitat de la Ribera Alta gestiona la recogida de basura a través de dos contratos: uno se encarga de la retirada de residuos sólidos urbanos y el otro hace lo propio con envases ligeros y papel y cartón. Siete municipios de reducido tamaño están adheridos al primero de ellos: Antella, Càrcer, Gavarda, la Barraca d’Aigües Vives, Sumacàrcer, Manuel y Alcàntera de Xúquer. Por lo que si a estos se suman Cotes y Sellent, serían nueve las poblaciones de la comarca que podrían cambiar de modelo en los próximos meses. Por el momento no hay plazos definidos, todo son proyectos en los que trabajan tanto ayuntamientos como mancomunidades.
«Lo que está claro es que Europa cada vez aprieta más para que se cumplan las normativas y se reduzcan los residuos. Ante esa tesitura, muchos pueblos y mancomunidades nos planteamos si los sistemas que utilizamos funcionan bien o si debemos avanzar hacia una mayor concienciación que permita, efectivamente, reducir los residuos», comentaba al respecto el presidente de la Mancomunitat de la Ribera Alta, que prosiguió: «Creo que salta a la vista que el sistema actual es ineficiente cuando, año tras año, se incumplen dichas normativas. Se nos exigen unos porcentajes de reciclaje a los que no llegamos, así que tenemos que apostar por una dinámica diferente. Por eso, estamos estudiando los beneficios que supone el sistema ‘puerta a puerta’ a través de experiencias reales que han conseguido reducir los residuos».
Localidades pequeñas
El ejemplo más destacado es Orba, aunque Peláez subrayó que en Catalunya, Euskadi o Navarra existen también localidades con alternativas similares que se podrían trasladar a la realidad de la comarca, especialmente a la económica: «Los pueblos más pequeños tenemos menos recursos, así que tenemos que ingeniárnosla como podamos, por eso buscamos trabajar de manera conjunta. Precisamente, es en localidades con menos de 10.000 habitantes donde creo que resultaría más sencillo instaurar la recogida puerta a puerta. Sabemos que es un sistema que cuesta más, hay que tener en cuenta que se necesitarían más horas de servicio para retirar la basura de todo un pueblo. Pero también es verdad que si podemos después vender los restos y reducimos las toneladas que enviamos a la planta, menos pagaremos. No vamos a inventar nada, a fin de cuentas, hablamos de trasladar a nuestro territorio experiencias que sabemos que están funcionando gracias a los estudios, auditorías y visitas que estamos haciendo».
No obstante, los planes que desarrolla la Mancomunitat de la Ribera Alta no pasan por imponer nada: «Nuestro objetivo es que contemos con licitaciones flexibles, a las que se pudieran adherir todas las poblaciones que quisieran. Ya hemos comprobado que en otras mancomunidades se presta un servicio a la carta, por llamarlo de alguna manera. Cada localidad puede optar por las distintas opciones que se plantean en base a aquellas que se adapten mejor a sus condiciones particulares, ese sería el mejor escenario», concluyó Peláez.
