Aunque las tradiciones autóctonas de la festividad de Tots Sants se sienten seriamente amenazadas por la cultura anglosajona dominante, que ha conseguido exportar con notable éxito las costumbres de su «Halloween», el hábito de engalanar los cementerios se mantiene muy pujante. Los camposantos de la comarca se convirtieron ayer en un hervidero de gente que aprovechó la calidez de las temperaturas de la jornada para honrar a sus difuntos.

Tráfico complicado

La afluencia de visitantes complicó la circulación y el aparcamiento de vehículos en los cementerios de las poblaciones más pobladas de la comarca, aunque no hubo que lamentar incidentes de relieve. El dispositivo policial funcionó con normalidad durante la jornada. En algunos casos se habilitaron itinerarios y autobuses municipales para facilitar el acceso a los camposantos.

Con la jornada de ayer, los floristas concluyen la semana de trabajo más intensa del año. Aunque la flor natural mantiene su predicamento, los ramos artificiales amenazan su hegemonía.