La caída de dos palmeras afectadas por el picudo rojo durante las últimas jornadas de viento que se han registrado en Alzira -una de ellas impactó en dos vehículos que estaban estacionados en la avenida Luis Suñer- provocó que el ayuntamiento encargara una revisión del resto de ejemplares para evitar riesgos aunque, a la espera de ese informe, los técnicos ya han procedido a talar dos nuevas palmeras afectadas por esta plaga, una en la plaza Mayor y otra en la plaza de la Generalitat, en ambos casos ubicadas junto a áreas de juegos infantiles, según explicó ayer el concejal de Servicios Públicos, Fernando Pascual. El edil indicó que, siguiendo las recomendaciones de los técnicos, también se realizará un tratamiento de choque por el sistema denominado de «ducha química» ya que los que se han venido realizando por endoterapia no han permitido controlar el picudo. El objetivo es intentar salvar las palmeras de una plaga que, años atrás, ya obligó a talar decenas de ejemplares junto a la CV-50.

Se da la circunstancia de que, precisamente en esa zona, días atrás se produjo la caída de la balona o copa de dos palmeras que, como confirmaron los técnicos a posteriori, se encontraban afectadas por el picudo rojo. La plaga había debilitado estos ejemplares de la especie «Phoenix dactylifera» y las fuertes rachas de viento, junto al tamaño de las copas a pesar de que en agosto se habían podado para eliminar el fruto y reducir el peso, propiciaron la caída. Como informó Levante-EMV, una palmera se desplomó en la calle Santo Domingo de Guzmán en la madrugada del domingo e impactó en una farola mientras que, el lunes por la mañana, se precipitó la segunda sobre dos vehículos estacionados frente al parque de Arabia Saudí, en la avenida Luis Suñer. Causó daños en uno de ellos mientras que el conductor del segundo se encontraba en el interior cuando se produjo el impacto.

Fernando Pascual comentó que el ayuntamiento encargó un informe detallado de las palmeras que puede haber afectadas y, en este proceso, en los últimos días se ha procedido a cortar dos ejemplares que podían implicar algún riesgo.

Con todo, el edil señaló que el aire por sí mismo no ha derribado ninguna palmera y que es la afección del picudo rojo la que provoca la caída de las copas o balonas. Por otra parte, indicó que con la bajada de las temperaturas puede resultar complicado detectar la plaga ya que este insecto deja de actuar. Los técnicos también señalan que el estrecho tronco y la forma curvilínea que presenta en alguna de las palmeras que ha perdido la copa puede haber contribuido a que se produjera la caída y señalan como una problemática añadida que las podas realizadas con anterioridad han dejado balonas «de gran tamaño» que en algunos casos pueden alcanzar entre 1,5 y 2 metros de longitud, lo que representa un peso y un factor mayor de riesgo.

Los técnicos consideran que un tratamiento con «ducha química» resulta en estos momentos el más eficiente para el control de la plaga, aunque no asegura su eliminación total «por la proximidad de focos de infección, así como por el grado y porcentaje de afección que presenta la plaga en Alzira». El edil indicó que no es la primera que se utiliza este tratamiento.