Una vecina de la calle Murillo de Alzira ha denunciado el disparo de balines realizados con un arma de aire comprimido supuestamente contra los dos perros que, aprovechando las horas de sol, suele sacar a la terraza de su casa, donde ha encontrado hasta en tres ocasiones este tipo de munición en apenas una semana. «Los perros no viven en la terraza y ni ladran ni molestan a nadie, no pueden molestar. Es alguien que tiene ese tipo de arma y le ha dado por disparar, pero yo ahora tengo pánico de subir a la terraza», manifestó ayer Lydia Benavent.

La afectada realizó días atrás una primera comunicación a través de las redes sociales alertando del problema, si bien al repetirse esta situación ayer optó por interponer la oportuna denuncia en la comisaría de Alzira. Aunque Lydia Benavent desconoce quien puede ser el autor de los disparos, tiene claro que, debido a la orientación de su terraza, estos proceden de alguno de los edificios de la calle Francisco Oliver.

Benavent detectó por primera vez dos balines en la terraza coincidiendo con la festividad de Reyes, si bien asegura que no le dio importancia hasta que, dos días después, encontró otros cuatro balines más y empezó a ponerse «nerviosa», según su relato. «Me parece inhumano que alguien se dedique a disparar a animales indefensos cuando encima están en mi casa», expuso en su primera denuncia en su muro de una conocida red social. Paralelamente, realizó algunas gestiones hasta confirmar que estos balines de plástico se utilizan en armas «Airsoft», réplicas de armas reales que se utilizan en un juego de estrategia militar, y en particular en modelos denominados de francotirador.

«No se venden en los chinos»

La amplia repercusión de su queja en las redes sociales no impidió que días después volviera a encontrar otros dos balines -lo que eleva a ocho los disparados sobre su terraza- y, tras asegurarse de que este tipo de munición «no se vende en los chinos», formalizó ayer la oportuna denuncia ante la Policía Nacional para que se investigue la procedencia de estos disparos con un arma de aire comprimido que, en cualquier caso, advierte Benavent, «a una distancia de 80 o 100 metros ya puede hacer daño». Lydia Benavent, no obstante, indicó que no ha detectado heridas en los animales, lo que no implica que no hayan podido recibir algún impacto.

Por otra parte, señaló que no cree que se trate de una gamberrada juvenil dada la reiteración y porque, subraya, «saco los perros al sol en horario de instituto, por lo que no es cosa de un crío».