Pasan los días y no llegan las disculpas del párroco de Catadau, Luis Hernando Ramírez Calderón. El gobierno de la localidad espera dicho gesto por parte del sacerdote tras reprocharle públicamente que hiciera uso del púlpito de la iglesia para lanzar proclamas políticas y críticas subidas de tono contra la izquierda, especialmente contra el nuevo gobierno central. Si no recibe un descargo, no descarta recurrir a la intervención del Arzobispado. El órgano eclesiástico tampoco se ha pronunciado al respecto.

La clave del conflicto podría encontrarse, salvo un sorpresivo giro de los acontecimientos, en la eucaristía del próximo domingo. Ramírez volverá tomar la palabra ante sus fieles, un colectivo que ha menguado por sus polémicas intervenciones, y se dibujan dos posibles escenarios. En el primero de ellos, entona el «mea culpa» y pida disculpas a todos aquellos que se hayan podido sentir ofendidos por sus mensajes tanto en el templo como escritos a través de WhatsApp o por carta, como la enviada a los clavarios para afear una conducta que era «peor que la de ateos o moros».

No se descarta que pueda aprovechar la misma tribuna desde la que ha ofendido a algunos colectivos para implorar perdón, aunque el termón también podría servir para responder a las críticas recibidas tras sentirse atacado si opta por redoblar las invectivas que lanza contra la izquierda. El ejecutivo local, de corte progresista, ha guardado silencio tras denunciar públicamente el caso y ha reclamado unas palabras de disculpa que no han llegado hasta la fecha. En caso de que no se produzcan, el consistorio elevaría una queja formal al Arzobispado para solicitar su implicación en el caso.

«Católicos ignorantes»

Las últimas palabras del párroco supusieron la gota que colmó el vaso. «Es una gran desgracia que lleguen a poder hombres comunistas y anarquistas. Pero es aún mayor desgracia que lleguen al poder con los votos de los católicos, ignorantes católicos que le compran al verdugo la cuerda con que han de ahorcarse», fue el mensaje que lanzó a sus fieles tras confirmarse la investidura de Pedro Sánchez y la puesta en marcha del primer gobierno de coalición en España, con PSOE y Podemos como protagonistas.

Son varios, como ha avanzado Levante-EMV, los colectivos que se han sentido ofendidos por el sacerdote que administra la parroquia de San Pedro Apóstol de Catadau desde finales de 2018. Las agrupaciones feministas, las personas LGTBI, las que tienen familiares enterrados en cunetas, los votantes de partidos de izquierda, los clavarios y las festeras de Santa Bárbara o, incluso, los Scouts integran el listado.