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La cuestionada Isabel Aguilar seguirá al frente del PSPV de Alzira al menos otro año más

Liderará el partido hasta el nuevo congreso local, que no se celebrará hasta mediados de 2012 - El grupo crítico descarta una batalla cruenta

La cuestionada Isabel Aguilar seguirá al frente del PSPV de Alzira al menos otro año más

Ni la secretaria general del PSPV alzireño, Isabel Aguilar, ni el cada vez más consolidado grupo crítico, que reclama un cambio de rumbo en la agrupación socialista tras el pésimo resultado obtenido en las últimas elecciones locales, dudan de que la renovación llegue antes del verano de 2021. Aguilar, sometida a una fuerte presión interna y externa, precipitó el lunes por la tarde el anuncio 'en diferido' de su dimisión como líder del PSOE con la esperanza de atemperar ánimos pero consciente de que el calendario juega a su favor. El próximo congreso local no se convocará al menos hasta dentro de un año. Tanto ella como su mentor, Fernando Pascual, disponen de tiempo para organizar una transición tranquila, un marco que también demandan sus rivales, por lo cabe descartar un escenario de fuerte confrontación que no interesa a ninguna de las partes. Lo que nadie duda es que los cambios que se avecinan van a ser intensos y que la concejala Gemma Alós está llamada a asumir mayor protagonismo. Puede aglutinar el consenso.

La losa del 26M

Aguilar se da por amortizada desde que, el pasado 26 de mayo, obtuvo el peor resultado histórico cosechado por el PSPV. Sumar solo tres de los 21 concejales del consistorio es una losa demasiado pesada para ella y para Fernando Pascual, el hombre que ha manejado sin oposición interna los destinos de la agrupación socialista alcireña desde que Pedro Grande, el último alcalde socialista, dio un paso atrás para propiciar la renovación del partido. Aguilar y Pascual tienen asumida su marcha, aunque su deseo de controlar el proceso sucesorio ha avivado las tiranteces internas. Un cada vez más extenso grupo de dirigentes históricos, entre los que figura Grande y otros exconcejales, ha decidido dar un paso al frente para forzar los cambios con el objetivo de detener la sangría de votos que sufre el PSOE en Alzira. Tras permanecer años alejados de la agrupación (algunos de ellos incluso se dieron de baja descontentos por la gestión interna) han decidido intervenir.

Disidencia visible

Pero su propósito no es retomar el mando para ocupar de nuevo los puestos clave y abrirse un hueco en las candidaturas sino promover un debate que propicie la renovación que reclaman los simpatizantes: «ventilar el partido y abrirlo de nuevo a la sociedad», en palabras de uno de los impulsores del proyecto. Y no se esconden. Han celebrado reuniones durante meses en lugares públicos para que trascendieran sus intenciones y se muestran dispuestos a presentar batalla allá donde encuentren resistencia.

Su irrupción ha molestado a la actual dirección del partido, que echa en falta que la confrontación de ideas tenga lugar fuera y no dentro de los órganos establecidos por el PSOE para canalizar la participación de los militantes. Tarde o pronto la disidencia interna va a ocupar esos espacios porque está decidida a participar de nuevo en la vida orgánica del partido. El enfrentamiento será inevitable. Ahora bien, nadie buscará la ruptura a no ser que las posiciones se enquisten. Inicialmente se explorará la colaboración para no dañar más al partido y buscar alternativas de consenso que eviten que aflore la imagen de un partido dividid0.

Isabel Aguilar ha asumido que ha de dar un paso atrás, aunque espera que no sea una despedida definitiva. No deja de repetir que desea volver en el futuro a la primera línea política. Y Fernando Pascual hace tiempo que busca un motivo convincente y el momento más oportuno para abandonar la política local o, al menos, para ocupar un segundo plano. Su jubilación está cada vez más cercana. Falta por determinar si esos intereses pueden confluir con el deseo del grupo crítico de abrir una nueva era. De momento tienen tiempo. Un año largo para propiciar el encuentro.

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