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La vivienda rodante toma forma en Sueca

Una empresa especializada transforma furgonetas de cualquier tamaño en casas con todo tipo de comodidades - Tiene incluso lista de espera

La vivienda rodante toma forma en Sueca

Baño con agua caliente, cocina, comedor, camas... Una furgoneta puede contar con todas las comodidades para viajar e, incluso, para vivir. Un vehículo tradicionalmente utilizado como herramienta de trabajo por su capacidad de carga se ha convertido para algunos colectivos -mayoritariamente vinculados a prácticas deportivas como el surf, el esquí, el ciclismo o el senderismo, pero también para personas que simplemente recurren a ellas para hacer turismo-, en auténticas viviendas con ruedas que permiten pernoctar casi en cualquier lugar. «Una furgoneta 'camperizada' puede tener todas las comodidades de una vivienda e incluso más que muchas viviendas». La frase es de Loren Moreno, un joven de Alberic que hizo de su afición su profesión, que dirige la única empresa de la Ribera especializada en la transformación de furgonetas en verdaderas casas rodantes. La firma Woodvans Handmade, hoy con sede en Sueca, acaba de cumplir nueve años y trabaja con marcas del prestigio de Fiat, Volkswagen y, más recientemente, también con Man, que le aportan vehículos acabados de matricular para modificar el interior.

El término «camperizar» no aparece en el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua. La RAE lo incluye como un americanismo que alude al trabajo de acondicionar un vehículo para vivir en él, aunque es una expresión muy extendida en la calle. Se trata de una fiebre que ha crecido de forma exponencial en los últimos años hasta el punto que, según relata Loren Moreno, se han consolidado marcas «muy potentes» que abastecen al sector «y que ofrecen servicio en toda Europa». Esta moda creciente ha multiplicado la actividad de esta empresa. «Antes hacíamos tres o cuatro cámpers al año, en 2019 no sabría decir, pero el año anterior contabilizábamos 245 clientes entre cámpers, instalación de calefacciones, placas solares, homologaciones... todo esto era impensable», comenta, mientras señala que los índices de actividad de 2019 superaron los del año anterior. La empresa, que da empleo a seis trabajadores, tiene una lista de lista de espera de entre seis y doce meses.

El proyecto empresarial de Loren Moreno tiene su origen cuando, con apenas veinte años, adquirió una furgoneta para desplazarse con sus bicicletas por toda España para competir en carreras. «En una carrera en Madrid descubro una furgoneta al lado que, según me dicen, estaba 'camperizada' y que había transformado una empresa de autocaravanas. No sabía lo que era, pero fue volver de esa carrera y hacerlo en mi furgoneta», relata, a la vez que apunta que empezó muy joven a trabajar y tenía conocimientos de carpintería. También ha trabajado como mecánico en el equipo de Adrián Campos.

De seis a 18 metros cúbicos

Ese primer vehículo «camperizado» pronto llamó la atención de otros aficionados y lo acabó vendiendo y, a esa primera furgoneta modificada le siguió otra, y después otra más, a las que añadía cada vez más complementos. Esta trayectoria fue el origen de la empresa creada en 2011. Según relata, cualquier furgoneta es «camperizable» y, en función del espacio disponible, se le puede dotar de mayores o menores prestaciones, aprovechando al milímetro el espacio. «Hacemos vehículos que no llegan a seis metros cúbicos, instalando un asiento cama y, al abrir el maletero, tienen un cajón-cocina y otro cajón-nevera, y otros habitáculos de 18 metros cúbicos desde que hemos empezado a trabajar con Man», explica el propietario de la empresa. «Vas tener la misma cocina que en casa, calefacción, nevera del tamaño que quieras en base al presupuesto, ventanas para que entre luz, tomas de USB, luz a 220 v en todo el habitáculo, cargadores de baterías, autonomía con placas solares, de una a tres camas de matrimonio según el tamaño.... Para mi, la única limitación de un vehículo cámper es el agua ya que, según el sistema que elijas, tienes un depósito con 80, 90, 100 o 120 litros de agua limpia y cuando se acaba tienes que volver a llenar», relata el emprendedor, que confiesa una obsesión: reducir al máximo el peso.

Con el tiempo, según explica, las marcas han creado una distribución estándar que incluye un pequeño comedor delante, un baño, cocina y una cama o dos literas en la parte trasera del vehículo. «Es una distribución que va muy bien para quien no conoce este mundo y quiere probar, para un usuario de fin de semana, pero para aquellos que la gastan mucho o viven en la furgoneta se adapta a las necesidades», comenta. Incluso hay furgonetas que, junto a la vivienda, disponen de un pequeño taller.

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