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El gobierno local pide al cura que olvide rencillas y busque un pacto

El párroco de Santa Catalina, Enrique Masiá, echó ayer en cara al gobierno alcireño que instalase las vallas sin notificárselo, ya que a su juicio el deterioro no es mayor que hace un año. La concejala de Urbanismo, Sara Garés, le replicó ayer: «Las vallas se instalan porque se detecta un peligro. Que en un año no haya caído no implica que pueda pasar un día concreto. Ya no sólo durante la Crida, cada día hay muchas personas que acuden al bar que hay a pocos metros y muchos niños juegan en la plaza». Asimismo, instó al cura a olvidar viejas rencillas para buscar el consenso: «Sabemos que el proyecto de la sacristía y todo lo que afecta al patrimonio de la iglesia es importante, pero esto lo es más porque da a la calle y hay peligro».

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