En Alberic, las horas las marca una obra de arte. Ya ha finalizado la renovación y modernización del reloj mecánico del campanario de la iglesia de Sant Llorenç Màrtir de Alberic. Los trabajos ejecutados en los últimos meses han permitido que el medidor que se construyó alrededor de los años veinte del siglo pasado se convierta en una pieza única. Pocos pueblos valencianos pueden decir que tienen su reloj mecánico en funcionamiento.

Hacía décadas que no se actuaba con el reloj (exactamente desde los años cincuenta), por lo que ya presentaba un alto nivel de deterioro. "Se trata de uno de los pocos relojes monumentales todavía en uso de la Ribera y por tanto se trata de un valor patrimonial añadido al campanario. Es recobrar la esencia, la historia o los orígenes del pueblo. Una obra de arte al servicio de la ciudadanía. Si se cuida a partir de ahora puede durar otros cien años", argumenta el artesano relojero encargado de la restauración, José Manuel Albalat, que tiene su empresa en València.

El reloj fue obra de Vicente Blasco de Roquetes, pero en él consta una inscripción en la que se lee "S. Manclús/Valencia", una empresa de prestigio en la que trabajan desde hace décadas auténticos artesanos, perfectos conocedores de las más antiguas técnicas y modernas tecnologías. Manclús trabajaba con los Hermanos Roses, originalmente de Atzeneta pero que después se trasladaron a Silla.

El reloj, de montaje eléctrico, está en funcionamiento y la transmisión a las campanas de cuartos y de las horas se realizaba, por lo tanto, por unos largos cables y por izquierdas. Ahora se ha limpiado para extraer la grasa consolidada durante décadas. Tras ello se ha comprobado que el funcionamiento es milimétrico y se ha aprovechado para automatizar los toques tanto de los cuartos como de las horas.

Gracias a un programador, empiezan los toques a las ocho de la mañana y finalizan a las diez de la noche. Sólo en Nochevieja se alargará hasta la medianoche. Además, se han instalado unos electromazos eléctricos en los campanos del reloj, arriba de las campanas de la iglesia para los toques de los cuartos y de las horas.

"El reloj del campanario es una pieza única y por eso queríamos restaurarlo para asegurar su futuro. Se ha realizado un trabajo minucioso y perfeccionista que ha posibilitado que hoy se cuente con una verdadera obra de arte. Deben saberlo nuestros vecinos y vecinas cuando escuchen sonar las campanas cada hora", explica el alcalde de Alberic, Toño Carratalá.