La emergencia sanitaria provocada por el coronavirus empieza a dejar secuelas en el mercado laboral. La Ribera cerró el mes de junio con 24.830 parados inscritos en el Servei Valencià d'Ocupació i Formació, lo que representa 1.116 desempleados más que el mes anterior y un aumento del 4,71 %, pero si se toman como referencia los datos de paro registrado previos a la crisis sanitaria el repunte es del 27 %, ya que la comarca cerró febrero con 5.380 demandantes de empleo menos de los que ahora contabiliza Labora. El Gobierno decretó a mediados de marzo el estado de alarma y pese a que los expertos señalan que los Expedientes de regulación Temporal de Empleo han sido una herramienta eficaz para evitar la destrucción de puestos de trabajo, la crisis económica que se auguraba tras la sanitaria se deja sentir en el empleo. Un comparativa interanual revela un aumento del paro registrado del 30,76 % desde junio de 2019.

El final de la campaña de la fruta de verano también ha tenido su impacto en estos últimos datos del empleo. De hecho, un análisis por actividades refleja que el agrícola es el sector que más sube, un 21,20 % en la Ribera Alta y un 13,36 % en la Ribera Baixa -donde el paro se reduce tanto en la construcción (-9,15 %), como en los servicios (-6,10 %) y la industria (-2,43 %)-, con especial incidencia en las principales zonas productoras. De esto modo, Carlet es la localidad donde más aumenta el desempleo con un 20,77 %. Por contra, el inicio del verano, aunque condicionado por la pandemia, también se deja sentir en las zonas turísticas y Cullera es la única ciudad de la comarca donde se reduce el paro.

El secretario comarcal de Comisiones Obreras, Josep Antoni Carrascosa, atribuyó este aumento de 1.116 desempleados en junio a la «incertidumbre económica en los sectores asociados a la actividad del turismo y servicios complementarios provocada por la crisis sanitaria, así como el efecto sobre el desempleo de la tímida reincoporación de los trabajadores y trabajadores que aún están sujetos a la situación de paro temporal (ERTE) por el cese de la actividad». Tanto Carrascosa como su homólogo en UGT, Raül Roselló, alertaron del exceso de contratación temporal ya que de los 8.226 contratos formalizados en el mes de junio sólo un 6,9 %, 571 en cifras absolutas, son indefinidos. El dirigente de CC OO advirtió de que, en base a los datos publicados ayer por Labora, «la reactivación económica en el sector servicios se inicia con una menor actividad en la Ribera» y que la contratación «sigue siendo especialmente precaria por falta de expectativas seguras de las empresas».

«Indicios positivos»

Raül Roselló, por su parte, comentó que los datos de junio apuntan algunos indicios positivos «como el freno del incremento descontrolado del desempleo, si a las cifras restamos el gran número de jóvenes inscritos para poder concurrir a la oferta de auxiliar de playas» que ha lanzado el Consell. No obstante, el secretario intercomarcal de UGT indicó que «la descongelación del mercado laboral es todavía muy incipiente, débil y desigual ya que el número total de desempleados respecto del año anterior se mantiene muy elevado y las cifras de contratación son un 40 % inferiores que en junio del año pasado».

Raül Roselló señaló que aunque se detecta una progresiva incorporación de trabajadores afectados por ERTE «aún se mantiene la incertidumbre en algunos sectores en el medio plazo» y advirtió de que «los esfuerzos de recuperación no pueden basarse en contratos temporales y a tiempo parcial, que pueden ser un foco de precariedad y pobreza laboral y esconder economía sumergida». UGT reclama al Gobierno y a la Generalitat que tomen medidas para evitar una recuperación basada en la precariedad y el subempleo «y negocien con los agentes sociales un plan de choque por el empleo de calidad y para una reconstrucción social justa».