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La falta de recursos dificulta la lucha contra la plaga del mosquito tigre

Alzira marca el camino a seguir con su nueva normativa, pero la mayoría de ayuntamientos de la Ribera difícilmente la podrían poner en práctica - Se espera una mayor implicación supramunicipal

La falta de recursos dificulta la lucha contra la plaga del mosquito tigre

La lucha contra el mosquito tigre no se está abordando de la manera que querrían los municipios. Los ayuntamientos intentan trabajar unidos para frenar el avance de la plaga, pero no cuentan con los recursos suficientes ni con el apoyo imprescindible de las administraciones superiores.

En la Ribera, es el Consorci quien gestiona y coordina los tratamientos tanto contra la mosca negra como contra el mosquito tigre. «Desde hace años, en la comarca entendimos que la mejor manera de trabajar es de manera conjunta. A través de la empresa Lokímica se realizan los análisis, controles y tratamientos para luchar contra estas plagas porque si cada ayuntamiento hacía lo que quería la cosa no funciona. Actuar poniendo ahora un parche aquí y otro allá no tenía ningún sentido», comenta al respecto Òscar Navarro, presidente del consorcio comarcal.

Alzira marca un camino que no está alcance de todos los ayuntamientos. Desde el punto teórico, su nueva ordenanza podría trasladarse al reglamento de cualquier municipio sin que ello supusiese un esfuerzo titánico. El problema llega a la hora de la ponerla en práctica en territorios donde el nivel de población es reducido y, en consecuencia, sus recursos económicos y los medios de que dispone. «El objetivo último debería ser, efectivamente, tener un reglamento claro y específico que ayude a luchar contra la plaga del mosquito tigre. Eso sería ideal, pero muchos ayuntamientos no pueden hacer que se cumplan normativas así», añade Navarro. La triste realidad es que, en ocasiones, las localidades no pueden ni ofrecer algunos servicios básicos.

Concienciación

Los problemas se suman unos a otros. La principal razón que hace necesaria una regulación municipal contra el mosquito tigre es que éste se desarrolla, mayoritariamente, en estancamientos de agua que se localizan en viviendas, chalés o solares, lugares en los que los ayuntamientos no pueden intervenir. «A nuestros vecinos muchas veces se le escapa que únicamente podemos actuar en los espacios y bienes públicos. Si nuestros vecinos no cuidan el entorno privado, la efectividad de los tratamientos es menor», argumenta Navarro, que añade: «De ahí que llevemos tantos años trabajando en la sensibilización de la población».

Por todo ello, se hace necesaria la implicación de organismos públicos a nivel supramunicipal, tanto a nivel de recursos como en el aspecto de la coordinación. «Uno de los grandes problemas que nos encontramos con las plagas que tenemos y las que podrán venir es que no existe la suficiente cobertura de las administraciones superiores, con las muchas veces resulta complicado cumplimentar ciertos trámites. Pensar que esto es un problema de los pueblos es un gran error. Sería como pensar que el coronavirus, como se transmite en los municipios, es algo de lo que nos debamos ocupar nosotros solos», concluye Navarro.

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