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Iniciativa

Sueca rescata la idea de crear un museo contra el fascismo en la casa de Cuevas

El alcalde buscará el consenso para cumplir la voluntad de la vecina que luchó con la resistencia francesa y sobrevivió a un campo de concentración También se pretende dar el nombre de Amado Granell a una calle

Sueca rescata la idea de crear un museo contra el fascismo en la casa de Cuevas

No siempre se reconoce como es debido a los héroes. Los cementerios y las cunetas de este país están llenas de personas que lucharon por la libertad y la democracia contra los regímenes fascistas que intentaron controlar Europa a inicios del pasado siglo. En el camposanto de Sueca yacen dos auténticos símbolos de la lucha antifascista: Virtudes Cuevas y Amado Granell. El gobierno de Dimas Vázquez intentará, nuevamente, rescatar su memoria.

El actual alcalde ya buscó en el pasado el apoyo del consistorio para que la ciudadanía de Sueca tuviese un recuerdo permamente de dos de los vecinos más ilustres de su cementerio. Corría el año 2015 y Vázquez planteó al ejecutivo de Compromís y GISPM la posibilidad de poner el nombre de Granell en el callejero de la capital de la Ribera Baixa. También reclamó cumplir con la voluntad de Virtudes Cuevas, que donó al consistorio una casa para que se convirtiera en un museo que recordase la lucha española contra Hitler, en la que participaron numerosos exiliados republicanos.

La propuesta cayó en saco roto. De hecho la casa que donó la activista de la resistencia francesa, ubicada en el número 14 de la calle Magraners, para que fuese un museo del exilio republicano, se encuentra llena de polvo y trastos viejos. Solo una vieja placa de metacrilato sucia por el hollín del tráfico recuerda a la hija ilustre del pueblo.

Ahora Vázquez pretende recuperar dicha propuesta, aunque busca que su moción tenga el apoyo unánime de la corporación suecana, que ya se negó en el pasado a rendir un más que merecido homenaje ambas figuras. No en balde, el pasado 26 de agosto se conmemoraba la efeméride de la liberación de París de la invasión alemana. Fue clave la participación de La Nueve, la 9.ª Compañía de la 2.ª División Blindada de la Francia Libre, también conocida como División Leclerc y en la que el español Amado Granell fue importantísimo. Igual de relevante fue el papel de Virtudes Cuevas, que se ganó los sobrenombres de «Madame Carmen» y «Madame Vidal».

La vida de Virtudes Purificación Cuevas Escrivà, nacida en Sueca en 1913, fue apasionante, aunque rodeada siempre por la fatídica guerra. La ribereña fue conocida en la resistencia francesa como «Madame Carmen» o «Madame Vidal» y es hoy un símbolo mundial de la lucha contra el fascismo. A pesar de su juventud y de su prometedora carrera como docente, no tardó en afiliarse a las Juventudes Socialistas Unificadas y durante la guerra de 1936 se alistó en el Quinto Regimiento. A medida que avanzaban las tropas franquistas se desplazó a Catalunya y tuvo que exiliarse en Francia, donde se alistó en la resistencia. Actuó como enlace y abasteció de alimentos a militantes anarquistas, comunistas y socialistas con la puesta en circulación de propaganda, información y armas.

Campo de concentración

El avance de las tropas nazis acabó con su captura y fue desplazada al campo de concentración de mujeres, en las que se las utilizaba para trabajos forzosos que permitieron obtener grandes beneficios a empresas como Siemens. Sobrevivió a Ravensbrück junto a la sobrina del por entonces militar y después presidente francés Geneviève de Gaulle y fue condecorada por el mismísimo Charles de Gaulle con la máxima distinción del ejército francés, la Legión de Honor.

Granell nació en noviembre de 1898 en Borriana y joven se alistó en la Legión para combatir en la Guerra de Ma-rruecos. Tras diferentes trabajos en València, al inicio de la GuerraCivil (tras el golpe de Estado de Franco) se alistó en el ejército republicano para defender la democracia, llegando a ser jefe del Regimiento Motorizado de Ametralladoras, de la 49 Brigada Mixta y de la 49 División del Ejército Republicano. La victoria franquista le obligó a exiliarse en la colonia francesa de Argelia. Tras participar en el Desembarco de Normandía, Granell se convirtió en la mano derecha del capitán Dronne, bajo las órdenes del legendario Leclerc. En su avance al a capital francesa, la compañía sedividió en dos, una comandadapor Granell y que acabó siendo laprimera en entrar en París, confirmando la derrota de las tropas nazis.

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