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Pandemia

Comuniones en familia para evitar riesgos

Parroquias de Alzira ofician celebraciones individuales durante el verano para reducir los grupos que se aplazaron al otoño

El párroco de Santos Patronos, Antonio Sánchez, en la comunión de Fran, en el altar, el sábado. digital flash

Fran tenía subrayada en el calendario la fecha del 6 de junio. Iba a celebrar ese día su primera comunión junto a otros seis niños en la parroquia de los Santos Patronos de Alzira, pero el confinamiento impuesto por la expansión del coronavirus obligó a suspender la celebración. La parroquia volvió a asignar fechas una vez levantado el estado de alarma y a Fran le correspondió el 4 de octubre. No obstante, sus padres aceptaron el ofrecimiento del párroco para adelantar comuniones e incluso oficiarlas de forma individual con el fin último de evitar aglomeraciones y finalmente Fran se enfundó el sábado el traje de marinero para acudir a la iglesia... y la mascarilla. No fue el único niño que el pasado fin de semana celebró su primera comunión en Alzira. Antonio Sánchez, que además de la parroquia de los Santos Patronos atiende también la de San Juan Bautista, celebró el domingo otras dos comuniones, también individuales.

«Ha primado el número de niños porque teníamos 80 comuniantes y, viendo cómo estaba la situación, hablé con los padres para, el que quisiera, la pudiera adelantar a los meses de julio y agosto con el objetivo reducir los grupos de septiembre», explicó ayer el sacerdote, mientras señalaba que «como se trata de celebraciones muy familiares -sólo en una había dos niños-, lo que hacemos es implicar a toda la familia y es muy bonito». «Creo que ha sido un acierto, porque además han venido familias que económicamente me han dicho que no estaban para hacer grandes fiestas por la situación y les ha venido como anillo al dedo», apostilló.

Las parroquias de San Juan y Santos Patronos no son las únicas de Alzira que han celebrado comuniones durante el verano. Además, el mismo sacerdote también ofició una colectiva en la iglesia de Massalavés el pasado 8 de agosto, restringiendo la afluencia a un máximo de siete personas por familia. De cara a las celebraciones previstas para septiembre, si la pandemia no lo impide, ya se ha comunicado a los padres que en el caso de San Juan podrán entrar a la iglesia un máximo de diez personas por familia y posiblemente hasta quince en el caso de los Santos Patronos, con un máximo de ocho niños por celebración.

Fran estuvo el sábado algo más arropado en su primera comunión, aunque sin excesos. En la iglesia, una veintena de personas -la familia y poco más- y medio centenar en la celebración posterior. Las medidas de seguridad para evitar contagios estuvieron presentes tanto en la ceremonia religiosa con la sala de fiestas. Voluntariamente optó por llevar mascarilla en la iglesia aunque no es lo habitual y tanto al realizar la ofrenda del pan y el vino como antes de recibir la comunión el niño se desinfectó las manos. En la bancos de la iglesia, espacios libres entre los familiares que le acompañaban para mantener la distancia de seguridad.

«Que la gente venga tranquila»

En la sala, otro protocolo distinto, pero el mismo objetivo. Mesas con un máximos de diez comensales, incluso en el caso de los niños; sin cóctel de entrada y, ya en la mesa, sin platos para compartir. Todo es individual, explican los progenitores del comuniante. Incluso las golosinas que se reparten a los niños se entregaron en bolsas individuales y precintadas.

De cara a los turnos de comuniones de septiembre, el formato cambiará para garantizar que no se excede el aforo autorizado en ninguna de las iglesias. «La idea es que la gente venga al templo segura. Nosotros cumplimos con lo que se nos pide, pero no sólo se trata de colocar gel a la entrada, guardar las distancias... sino que la gente venga al templo esté tranquila, que no haya aglomeraciones», expone el párroco.

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