La comisiones falleras despidieron el ejercicio 2020 sin poder celebrar las fiestas ni quemar los monumentos y han adaptado sus presupuestos al nuevo año, no menos atípico ya que, llegado el ecuador, las restricciones que impone la pandemia mantienen una parálisis casi total de la actividad y las previsiones no auguran grandes cambios a corto plazo. Con las partidas de la semana fallera intactas por la suspensión de los actos y los monumentos pagados y guardados, las fallas han optado por rebajar las cuotas -cada una en la medida de sus circunstancias- para evitar que la falta de actividad en los casales derive en un goteo de bajas. En Alzira, el caso más extremo corresponde a la falla l’Alquenència, que aprobó una reducción de cuotas del 88 %.
«Teníamos claro que mucha gente se podía borrar y que teníamos que ayudar a los falleros, porque cuando alguien se borra cuesta mucho de recuperar», explica el presidente de la comisión, José Soler, que destaca que esta medida ha propiciado que no se produjera ninguna baja. «Sacamos cuentas y hemos pedido lo justito, no hemos querido apretar al fallero», incide Soler, que advierte de que, al igual que otras comisiones, l’Alquenència también ha prorrogado los contratos con los artistas falleros y se han presupuestado pagos a cuenta de las fallas de 2022.
La mayoría de fallas de Alzira han aplicado descuentos en las cuotas que oscilan entre el 40 y el 60 % para salvar de la mejor manera posible este ejercicio anómalo. En el caso de las tres fallas de la Sección Especial, las rebajas son del 50 %. Son las que más dinero destinan a los monumentos y también han apostado por adelantar dinero de las fallas de 2022 para garantizar la actividad en los talleres.
Una falla más modesta como Sant Roc ha aplicado otro de los descuentos mas elevados ya ha que ha rebajado las cuotas cerca del 75 %. «Nos hemos ajustado a lo mínimo», relata el presidente, Sergio Balaguer, mientras señala que de esta forma se cubren gastos fijos entre los que destaca el alquiler del casal, la luz y el agua. En su caso, no ha contratado las fallas de 2022. Alega que no sabe si seguirá como presidente y considera que la persona que asuma el cargo debe tener libertad.
Por otra parte, la falla Pintor Andreu, que al inicio de ejercicio acordó una rebaja del 55 % en las cuotas, acaba de comunicar que dado que la evolución de la pandemia no hace prever que se puedan celebrar las fiestas de 2021 con normalidad, deja en suspenso el cobro de las mensualidades pendientes, que sólo se reactivará si la evolución de la pandemia permite la celebración de algunos festejos bien en la calle o en el casal.
El presidente de la comisión, José Enrique Sanjuán, comentó que, en conjunto, la rebaja de las cuotas alcanzará el 82 %. «La idea al hacer el presupuesto era cubrir los gastos, pagar una parte de las fallas y que el año que viene también se pueda aplicar una rebaja en la cuota, aunque no tan importante. Si la situación mejora y se puede organizar algo, volveremos a sacar números», comentó.
