Un trabajo sobre el estado de conservación de los moluscos de agua dulce en todo el mundo en el que ha participado el Museo Valenciano de Historia Natural de Alginet constata los descensos «alarmantes» de población que han sufrido algunas especies y la desaparición total de otras y, la comarca de la Ribera, no es una excepción. «Estamos dejando que desaparezcan especies por desidia y algunas ya no las recuperaremos nunca, me corroe por dentro que quien tiene la posibilidad de evitarlo no haga nada porque no le apetece», alerta el director del museo, el profesor Alberto Martínez-Ortí, que ha podido constatar algunos ejemplos muy próximos.
El investigador señala el caso del caracol «Bithynia tentaculata», conocido también como bitinia del lodo o caracol del grifo, presente en diferentes países de Europa y que en el ámbito más próximo tiene su hábitat en los «ullals» y canales de la Albufera, «si bien hoy ha desaparecido en muchos enclaves de la Ribera», comenta. También se perdió la población que había en la Font Nova de Benifaió de un endemismo valenciano, el caracol «Tarraconia gasulli», que actualmente sólo está localizado en Navajas (Castellón). «Desgraciadamente, en Benifaió, nunca se ha vuelto a encontrar y tampoco han intentado recuperar la fuente», expone Martínez-Ortí.
Fuera de la Ribera, aunque todavía en un entorno muy próximo, el director del Museu d’Història Natural también certificó hace unos años la extinción de un gasterópodo acuático cuya presencia fue en una época motivo suficiente para que algunos estudiosos se desplazaran en caravanas desde Alemania o Francia para contemplarlo. Se trata del «Theodoxus valentinus», un endemismo valenciano que se encontraba en el río de los Santos, en l’Alcúdia de Crespins.
El trabajo realizado por el MVHN constata la amenaza de extinción que pesa sobre muchos moluscos al sufrir la alteración de su hábitat natural -construcción de presas o sobreexplotación de acuíferos-, por los efectos de la contaminación o la competencia de especies exóticas o alóctonas. La amenaza es incluso superior en el caso de los caracoles o gasterópodos que en los bivalvos.
«Durante los últimos veinte años hemos presentado en la Conselleria de Medi Ambient informes sobre el estado de una decena de especies de agua dulce amenazadas en la Comunitat Valenciana solicitando su protección, aunque han declinado estas peticiones sin argumentos. Escasamente dos bivalvos, náyades y «petxinots», han sido protegidos y se ha invertido un poco en su recuperación», expone el doctor Martínez-Ortí. El investigador sitúa en la Ribera dos especies de «petxinots», «Unio mancus» y «Potomida littoralis» que, según apunta, «están amenazadas debido a su sensiblidad a las alteraciones del medio y la contaminación». Se localizan en «ullals», en canales alrededor de la Albufera y en el Xúquer.
El Museu Valencià d’Història Natural ha participado junto a medio centenar de investigadores de todo el mundo en este trabajo sobre el estado la conservación de moluscos de agua dulce en el planeta, recientemente publicado en la revista «Hydrobiologia». El informe estima que casi una de cada tres especies de agua dulce está en riesgo de extinción en todo el mundo y que la pérdida del hábitat es la amenaza más importante.
Los expertos tienen registradas más de 6.000 especies de moluscos de gua dulce, de las que 4.800 corresponden a gasterópodos y las otras 1.200 a bivalvos, si bien el trabajo publicado se centra en 1.433, es decir, una cuarta parte, para concluir que casi un tercio de las mismas se encuentran gravemente amenazadas.
«Sólo en Europa, el 44 % de los moluscos de agua dulce está en peligro de extinción. Parece increíble, pero es una realidad, estamos acabando con la mayoría de nuestros compañeros de viaje en este planeta», expone el director del museo, que lamenta el «poco interés» de la Administración española a pesar de que los moluscos de agua dulce «desempeñan funciones clave en los sistemas como contribuir a la calidad del agua, el ciclo de nutrientes y la productividad primaria, especialmente debido a su función como filtradores y herbívoros de la algas. También porporcionan una amplia fuente de alimento para otras especies, incluidos los humanos», expone el experto, mientras apunta que puede que haya especies de agua dulce que se hayan extinguido antes de haber sido descubiertas por los científicos.
