Pese a que la temperatura de estos días todavía ha recordado, por momentos, al periodo estival, el Ayuntamiento de Antella da por concluida la época en la que podrían producirse grandes aglomeraciones en las playas fluviales y ha reabierto l’Assut al público.

El paraje natural y la estructura hidráulica del Xúquer se encuentran, cada verano, entre los lugares más visitados por los veraneantes. Ante la situación de alarma sanitaria, el consistorio optó por cerrar el acceso a l’Assut para evitar que centenares de personas acudiesen, sin control, para darse un baño.

La decisión estuvo repleta de polémica ya que, algunos vecinos, no comprendieron la clausura. Incluso se conformó una plataforma ciudadana que reivindicaba su reapertura. Su objetivo se ha cumplido, pero ya fuera de la época de baño. El consistorio da por superado, precisamente, el periodo en el que cree se podría producir una masificación de la playa fluvial y ya permite la entrada a l’Assut. De hecho, la valla que impedía el acceso al paraje ya no está; el ayuntamiento la retiró el jueves.

«Una vez pasado el verano, creemos que ya no se producirán aglomeraciones, por lo que es lógico que se alzase la restricción. Ahora pedimos a nuestros vecinos y visitantes que disfruten de este lugar idílico y que respeten las normas sanitarias de la misma forma que harían cuando van por la calle», explicó al respecto la alcaldesa de la localidad, Amparo Estarlich.

L’Assut de Antella siempre ha sido un enclave de lo más peculiar. Debido a la presencia de la infraestructura hidráulica que le da nombre, existe una prohibición expresa sobre las actividades acuáticas recreativas. El peligro es real, ya que se han producido, incluso, accidentes mortales.

En el aire siempre ha estado el debate sobre la regularización como zona de baño, lo que permitiría contar con socorristas, por ejemplo. Al carecer de dicha condición, el consistorio era incapaz de equiparar l’Assut con una playa o piscina. «No podíamos hacer frente a las medidas de seguridad que plantea la pandemia, como el control de aforo o de distanciamiento social», reiteró la alcaldesa. No obstante, a lo largo del verano, decenas de personas desoyeron las prohibiciones, tanto en Antella como en Sumacàrcer, y no dudaron a la hora de lanzarse a las aguas del Xúquer. La lucha contra la masificación del río no fue todo lo eficaz que cabría esperar.