La fauna salvaje se ha convertido en un factor más de desestabilización y angustia para los labradores. La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja) alerta de que la superpoblación de jabalíes, conejos y cabras montesas, está multiplicando los daños ocasionados en las explotaciones agrarias «a unos niveles sin precedentes». La menor presencia humana en el medio rural y las restricciones impuestas a la caza con motivo del Covid-19, «así como la inacción de las administraciones frente a este problema por presiones ideológicas, elevan un 20% las pérdidas anuales en la agricultura valenciana y superan por primera vez la barrera de los 30 millones de euros», asegura.

El delegado de AVA en Montroi, Juan Miguel Femenia, ha notificado esta misma semana que las cabras montesas se están dejando ver como nunca antes por sus huertos de Montserrat: «Tengo al menos ocho hanegadas de melocotón gravemente afectadas por las cabras. Sus mordiscos han dejado sin hojas e incluso sin piel muchas ramas en los árboles frutales. Estos siniestros impedirán que el año que viene obtenga una producción normal. Hasta ahora había daños aislados de conejos y jabalíes en campos que están cerca del río Magro, pero la situación va a peor y sinceramente no sabemos cómo acabaremos»

Manadas de jabalíes salen de los montes en busca de alimento e irrumpen en campos de cultivo donde provocan graves perjuicios: roen los troncos y las ramas de los árboles adultos, extirpan plantones jóvenes, excavan grandes agujeros en la tierra e inutilizan las gomas de goteo. Asimismo, tal y como avanzó la semana pasada Levante-EMV, también arrancan de los árboles naranjas, mandarinas, caquis y granadas que tienen a su alcance –aproximadamente hasta un metro de altura– lo que causa en algunos casos una disminución del 20% de la cosecha.

El responsable de la sectorial de naranjas de AVA, Salvador Juan Segura, ha sufrido considerables daños en sus campos de Tavernes de la Valldigna: «Los jabalíes están fuera de control y cada vez provocan problemas más continuados que nos obligan a acometer con urgencia inversiones para reparar los desperfectos y minimizar la merma de producción. Las administraciones están haciendo dejadez de sus funciones y nos sentimos totalmente desamparados».

La fauna salvaje también genera accidentes de tráfico, ataques a personas, destrozos en urbanizaciones y núcleos urbanos, etc. El líder de AVA, Cristóbal Aguado, ha elogiado la rápida reacción germana de intensificar al máximo la caza en un radio perimetral a los casos detectados y el proyecto de decreto que ha sacado a consulta pública el gobierno francés relativo a la captura de jabalíes. «Debería servir de ejemplo a nuestra clase política», destaca.

Por ello, reclama al Gobierno central y al autonómico leyes para el control poblacional del jabalí y las otras especies de fauna salvaje que disparan los daños.