No son los Reyes Magos, pero durante estos días demuestran una capacidad de ofrecer sin recibir nada a cambio que nada tienen que envidiarles. Los voluntarios de Cruz Roja en Alzira coordinan, con la colaboración del área de Servicios Sociales del ayuntamiento y la policía, el albergue instalado en el polideportivo Pérez Puig para acoger a las personas sin hogar ante la bajada de temperaturas y las condiciones climatológicas adversas previstas para toda la semana.

Curiosamente, el protocolo inició la noche de Reyes. Tres voluntarios, Javier Panadero, Cristian David y Jaime Maroto, prefirieron pernoctar en un pabellón al servicio de los necesitados en vez de disfrutar de una cena familiar. Aunque, para estas personas, sus compañeros son también sus seres queridos. «Los voluntarios son mi segunda familia, así que siento que pasé la noche en familia», explicaba ayer David.

No tuvieron tanto trabajo como esperaban. Prepararon las instalaciones pero ningún sin techo se presentó en el improvisado albergue. «Todo estaba listo para cualquiera que hubiese venido, pero nadie se acercó. Pero aún así, doy la noche por aprovechada, poder ayudar a los necesitados siempre te llena», comentaba al respecto Panadero.

«Estoy acostumbrado a salir con la ambulancia y dejar de lado a la familia en épocas festivas y aquí lo importante era estar preparados para ofrecer nuestra ayuda», explicaba Maroto, que añadía: «Fue extraño no recibir a nadie, puede ser que porque era el primer día, pero nos adentramos en días igualmente muy complicados de frío y lluvia y aquí estaremos».

Todos ellos son voluntarios veteranos y tienen claro que repetirán la experiencia porque su vocación es superior a la adversidad. Donde cualquiera preferiría pasar la noche en su casa, ellos prefieren destinar su tiempo a una buena causa. «Es algo muy gratificante. Yo siempre quise ser enfermero, pero no pude ir a la universidad. Cuando nació mi hija vi la atención que recibió de las enfermeras y decidí que, dentro de mis capacidades, me dedicaría a ayudar a la gente», manifestó David.

Preparados ante la emergencia

El operativo se mantendrá hasta el domingo. «En principio se habilitan diez camas, pero podemos ampliar hasta quince si fuera necesario», explicaba la directora de Cruz Roja en Alzira, Asun García, que proseguía: «Cuando una persona viene se registra y se le da un kit de higiene personal, una manta y una bebida caliente».

Debido a la situación sanitaria, las camas se instalan a dos metros de distancia una de la otra. Los voluntarios se han configurado en grupos burbuja y tienen en las mascarillas y el alcohol sus aliados para poder ofrecer ayuda sin correr riesgos. «No es sencillo encontrar gente que quiera ayudar así, pero en Cruz Roja estamos muy conscienciados y cuando se dan circunstancias de emergencia como la actual, la gente se vuelca. Tengo una veintena de personas dispuestas a pernoctar en el albergue», concluyó García.