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Una vía urbana ajardinada unirá el kilómetro que separa Alzira de Carcaixent

Tendrá carril-bici

El arranque en Alzira de la vieja carretera de Carcaixent que va a ser remodelada. | VICENT M. PASTOR

La escasa distancia, de poco más de un kilómetro en algunos puntos, que separa Carcaixent de Alzira, se hace cada vez más estrecha. La apertura de la denominada Avenida de la Ribera y del centro comercial abierto junto a ella significó hace quince años una importante vía de aproximación, pero el intento de acercar ambos núcleos urbanos cobrará otro impulso con la transformación de la vieja carretera que conectaba las dos ciudades en una «calle entre dos pueblos», como la ha definido la primera autoridad alzireña, Diego Gómez. El objetivo es convertir la CV-41 en un moderno vial ajardinado que potenciará la circulación ciclopeatonal.

Ambos alcaldes están de acuerdo en apostar por un modelo sostenible que conlleve la reducción de la velocidad y del tráfico motorizado. «El diseño final está por definir, pero el consenso es absoluto a la hora de proponer un vial seguro, amable, que prime el uso ciclopeatonal y que haga apetecible pasear entre dos ciudades cada vez más interrelacionadas», expone el alcalde de Carcaixent, Paco Salom, que se reunirá de manera inminente con el conseller de Política Territorial, Arcadi España, para dar un acelerón al proyecto y concretar vías de financiación que permitan ponerlo pronto en marcha.

La carretera CV-41 pasó a ser de titularidad municipal a mediados de 2019. Desde entonces se ha convertido en una vía urbana, aunque para que adopte ese estatus necesita una renovación que también se aprovechará para mejorar los accesos a las zonas industriales situadas en los extremos de ambas poblaciones. Dar seguridad a los cientos de trabajadores de grandes empresas que se mueven por esa zona es otra de las metas de la intervención.

La interconexión entre Carcaixent y Alzira ha crecido exponencialmente en la última década. La construcción de una autovía en la partida de Vilella supuso un punto de inflexión. Las distancias parecían borrarse y las aceras fueron imediatamente tomadas por ciudadanos de ambas poblaciones para realizar caminatas que potenciaran el ejercicio físico. Enseguida pasó a ser conocida popularmente como la Ruta del Colesterol. Y así ha seguido hasta hoy, impulsada por el atractivo que despliega el centro comercial.

«Ahora queremos renovar la vieja CV-41 para convertirla en una alternativa a la Avenida de la Ribera que seduzca a los vecinos tras apaciguar el tráfico, incorporar una zona verde y habilitar un carril para las bicicletas», apunta el primer edil alzireño. Los espacios ciclopeatonales serán compatibles con un carril para vehículos a motor que facilite el acceso a las empresas enclavadas en la zona, aunque la velocidad se restringirá severamente.

La vía ciclista que se abra en ese vial se aprovechará también para alargar hasta Alzira la Vía Verde entre Xàtiva y Carcaixent, según anunció ayer Salom.

Un acceso directo a la autovía pegado a la vía férrea

El alcalde de Carcaixent, Paco Salom, suspira por arrancar un compromiso a la Generalitat para acelerar el proyecto de construcción del enlace con la autovía de Guadassuar, una vieja aspiración del municipio que le permitiría abrir un acceso directo a la carretera nacional A-7. Salom también se ha puesto de acuerdo en este caso con su homólogo alzireño, Diego Gómez, para apostar por la solución menos agresiva que evite expropiar amplias extensiones de huerta: pegar la nueva carretera a la vía férrea para minimizar los daños. La idea cuenta inicialmente con el visto bueno del conseller Arcadi España, aunque el informe de impacto medioambiental depende del departamento que gestiona Mireia Mollá y todavía no hay plazos que ayuden a poner fecha al inicio de las obras. Nada hace pensar, en cualquier caso, que el nuevo vial pueda estar acabado en esta legislatura.

Reducir los costes

La solución que proponen ambos alcaldes para construir la nueva carretera en paralelo a la plataforma ferroviaria sería la más barata. Otros proyectos anteriores, en los que se barajaba incluso la realización de tres puentes, fueron aparcados ante la dificultad de hacer frente a su elevado coste, dado que había que salvar las vías del tren convencional, las del corredor ferroviario mediterráneo y la compleja trama hidráulica de la zona, en la que se incluyen tanto el temido barranco de Barxeta como el no menos destructivo Xúquer

La prevista visita del conseller de Política Territorial y Obras Públicas servirá también para abordar el estudio y el calendario de actuaciones de ese proyecto.

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