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Alzira frena el desvío para priorizar las obras contra barrancadas en el polígono

El alcalde propone centrar esfuerzos en el desagüe del Barranc de la Murta y ampliar la Carretera de Albalat antes de construir la circunvalación

Desembocadura del barranco de la Murta junto a la carretera CV-505. | V. M. PASTOR

El Ayuntamiento de Alzira ha emplazado a la Diputación de València a priorizar la ampliación de la Carretera de Albalat (CV-505) con el diseño aplicado en la travesía de 575 metros que discurre por el eje más comercial y obras que eviten las inundaciones que provoca en este sector el barranco de la Murta frente a la construcción de la variante del polígono industrial anunciada por la corporación provincial allá por el año 2006, que se paralizó en su momento por el alto coste de las expropiaciones y que no ha pasado de la fase de proyecto.

El alcalde de Alzira, Diego Gómez, considera «semidescartada» esta circunvalación concebida para sacar del polígono todo el tráfico que no tenga como destino este polo industrial ya que, según dijo, supone una inversión «muy elevada» que, además, ocuparía una gran franja de suelo en las inmediaciones del cauce del Xúquer. Gómez señaló que el ayuntamiento ya ha manifestado en las últimas reuniones con la diputación que «los esfuerzos económicos que se tengan que realiza se enfoquen a la mejora de la travesía, ya que todos están muy contentos del resultado del primer tramo», dijo, y a «salvaguardar» este sector del barranco de la Murta.

Sin desembocadura

Este torrente carece de una desembocadura definida y anega la CV-505 en cada episodio de fuertes lluvias. La carretera corta en perpendicular la trayectoria del barranco que, en este punto, tras un brusco giro, conduce la aguas por una escorrentía mucho más estrecha que discurre junto a la carretera, el Barranc del Duc, en dirección a la partida de Els Tolls y en ocasiones llega a inundar el término de Polinyà.

El ayuntamiento aprovechó el último pleno para iniciar los trámites para reactivar las obras de urbanización del polígono, que se paralizaron en el año 2002 y, desde entonces, se han limitado a actuaciones puntuales como la construcción de un colector aprovechando los fondos del denominado Plan Camps y, más recientemente, la ampliación a 20 metros de anchura de la travesía que discurre entre la glorieta que distribuye el tráfico hacia el hospital y la rotonda de La Guitarra, que incluye un carril-bici. Gómez abogó por repetir ese diseño en la CV-505 «hasta el final del polígono».

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