La lluvia volvió a hacer acto de presencia en la tarde de ayer para despedir las «no fallas» de 2021. El sol había acompañado hasta prácticamente la hora de cierre de terrazas y bares como un espejismo de lo que han sido unos días que, en circunstancias normales, hubieran sido de fiesta. Los falleros querían, pero no podían. Aunque por momentos se percibiera cierto ambiente en la calle, ni música de charangas, ni monumentos, ni falleros luciendo la indumentaria tradicional, salvo casos puntuales en algunas localidades como Sueca o Benifaió, donde sí lo hicieron para la ofrenda.
La pandemia del coronavirus ha impedido por segundo año consecutivo la celebración de las Fallas aunque, a diferencia de lo que sucedió en 2020, cuando se decretó el confinamiento de la población, los falleros han podido cumplir con algunas tradiciones como la ofrenda de flores a la Virgen, reduciendo el formato a la mínima expresión para evitar aglomeraciones y, en algunos casos, una «despertà» simbólica. Son junto a la misa en honor de Sant Josep, celebrada con las limitaciones de aforo propias de cada iglesia, las únicas celebraciones que dejan las Fallas de 2021, a la espera de que la pandemia evolucione de forma favorable y se puedan celebrar en el segundo semestre del año.
El Ayuntamiento de Alzira anunció ayer la intención de despedir el día de Sant Josep, si la lluvia no lo impedía, con el disparo de fuegos artificiales desde cuatro puntos distintos de la población -la plaza del Reino, el lavadero de l’Alquerieta, Anna Sanchis y la plaza Elisa Ramírez, en el entorno del barrio de Les Basses- con el objetivo de tener un pequeño gesto con las falleras mayores de la ciudad y con la empresa de pirotecnia local.
Por la mañana, como en los dos días anteriores, cada una de las 35 comisiones de la ciudad había disparado una traca en el lugar que debía ocupar el monumento, en lo que representaba una «despertà» simbólica. También en Cullera se pudo escuchar el estruendo de «masclets».
En Alzira, por la tarde, con las terrazas de la plaza Mayor llenas, efectivos de la Policía Local y del Cuerpo Nacional de Policía hicieron acto de presencia para garantizar que se cumpliera la limitación horaria y evitar las concentraciones de jóvenes, que poco a poco se fueron dispersando sin causar problemas.
Vencido el calendario oficial sin las celebraciones propias de las fiestas y con la amenaza del coronavirus todavía presente, los falleros esperan que la evolución de la pandemia permita celebrar las Fallas de 2021 el próximo otoño. El tiempo dirá si se puede.
pinceladas para el recuerdo de las «no fallas».
