El temor a un segundo confinamiento provocó a mediados del año pasado un éxodo a segundas residencias que, en el caso de Turís, se reflejó en un repunte «extraordinario» del padrón municipal de habitantes que, en apenas unos meses, registró 233 altas. La pandemia del coronavirus ha cambiado los hábitos cotidianos de muchas familias -también forzosamente los vacacionales-, que han buscado en el ámbito rural espacios más abiertos y han encontrado acomodo en una localidad que cuenta con una gran oferta de diseminados a través de cinco urbanizaciones, aunque ninguna de ellas con todos los servicios propios de un área urbana. El empadronamiento representa un salvoconducto para desplazarse del domicilio al trabajo en caso de restricciones.
El Ayuntamiento de Turís computa a 30 de marzo 6.951 habitantes censados, lo que representa que el padrón municipal ha sumado más de 300 habitantes en poco más de un año, para alcanzar una cifra de población histórica. En términos porcentuales representa un aumento del 4,58 % respecto de los datos demográficos previos a la pandemia. El alcalde, Eugenio Fortaña, no obstante, se muestra convencido de que el censo sólo refleja la punta del iceberg y estima que la población asentada en Turís, aunque no se haya empadronado, es muy superior. «Estimo que podemos estar hablando de una población de entre 9.000 y 10.000 habitantes», comenta.
La gran presencia de personas que cada fin de semana salen a pasear por los caminos del término municipal; la mayor actividad del mercado inmobiliario, que marcó en el último trimestre del año 2020 el mayor volumen de transacciones de la serie que el Ministerio de Fomento actualiza periódicamente -Turís computa en todo el año 170 operaciones de las que 90 corresponden al último cuarto del año, lo que duplica las formalizadas en el mismo período de 2019- pero, sobre todo, el notable aumento de la basura que se genera, confirman un aumento poblacional muy superior al que refleja el padrón.
El Consorcio Ribera-Valldigna computa al cerrar el ejercicio 2020 la entrada en la planta de tratamiento de residuos de 439,5 toneladas más que el año anterior procedentes de Turís. Los meses de mayo y junio fueron los que experimentaron un mayor aumento con repuntes de 76 y 116 toneladas, respectivamente, alcanzando niveles propios del verano de otros años. En base a una estimación media de 1,2 kilos de basura por persona y día que utilizan los técnicos, los 75.420 kilos generados de más en mayo equivalen a algo más de 2.000 habitantes. Con todo, es en agosto cuando mayor volumen de basura se genera y en 2020 también marcó un récord al alcanzar los 516.700 kilos, superando en 28.520 kilos los residuos generados el año anterior en el mismo período.
Fortaña admite que esta mayor generación de residuos de forma continuada genera «un problema brutal» ya que el contrato que tiene el ayuntamiento con la empresa concesionaria contempla un servicio de refuerzo durante los tres meses del verano en que, según apunta, «Turís duplica la población», si bien esta necesidad de ampliar el servicio «se mantiene ahora todo el año».
Valga como ejemplo que en los dos primeros meses de 2021 se han recogido en Turís 20,5 y 23,3 toneladas de basura más que en enero y febrero de 2020, antes de que la declaración de la pandemia del coronavirus y el confinamiento provocaran que algunas familias optaran por fijar en segundas residencias su domicilio y, también en algunos casos, por la adquisición o alquiler de chalés o diseminados. «En el pueblo ha habido mucha actividad de alquiler porque la gente busca», incide Fortaña.
«Todo tiene puntos a favor y en contra. Al haber más gente, también hay más actividad en los comecios del pueblo y ha aliviado un poco la situación», concluye el alcalde de Turís.
