Se conoce popularmente como facturas en el cajón a todas aquellas que recogen gastos realizados que no se habían consignado en los presupuestos de los ayuntamientos. El capítulo 413 de las cuentas municipales se triplicó en la comarca en un año, concretamente entre 2018 y 2019, según se desprende del informe publicado recientemente por la Sindicatura de Comptes. En él figuran una veintena de localidades de la Ribera, que acumulan casi cinco millones de euros pendientes de trámite.
La única de las que aparecen en el documento que puede presumir de haber cuadrado todos sus gastos es Alzira, ya que las facturas por valor de 12.952 euros que «guardó en el cajón» en 2018 ya no figuraban en las cuentas de 2019. Aunque no hayan dejado el capítulo 413 a cero, otros consistorios también han reducido el volumen de obligaciones derivadas de bienes o servicios recibidos que quedaron fuera de los presupuestos. Es el caso de Alginet, que redujo este apartado en 87.440 euros al pasar de 131.320 a 43.880 entre los dos ejercicios analizados por la Sindicatura. Un descenso similar se produjo también en Montserrat, concretamente de 86.891 euros. El ayuntamiento de la Vall dels Alcalans disminuyó la cuenta 413 desde los 152.831 a los 65.940 euros. Mayor fue la rebaja en la Pobla Llarga: 96.788 euros (de 129.224 a 32.436. El último de los descensos que refleja el informe se daba en Sant Joanet, al pasar de 3.066 a 1.683.
No obstante, dado que en el cómputo general se triplica la cuantía, los incrementos superan a los descensos. Las facturas en el cajón crecieron en quince ayuntamientos. El mayor de todos se produjo en Llaurí, que pasó de los 664.551 euros a los 2,5 millones. La localidad de la Ribera Baixa todavía es víctima de las gestiones urbanísticas judicializadas, que han dejado al consistorio como uno de los más endeudados de la comarca al tener que asumir sentencias millonarias. Con todo, los gobiernos más recientes se las han ingeniado para que esta circunstancia no repercuta en unos impuestos mayores ni en una merma de los servicios municipales básicos.
Entidades dependientes
El segundo incremento más importante en la cuenta 413 durante el periodo analizado se produjo en el Ayuntamiento de Cullera. El municipio que ha representado una mejor gestión económica de la deuda cerró el año 2018 con 44.219 euros en facturas fuera de sus presupuestos. La cifra se elevaba a algo más de medio millón de euros en el ejercicio siguiente, concretamente hasta los 625.933. Le sigue Sueca, con un incremento también cercano al medio millón de euros. En su caso concreto, pasó de algo menos de diez mil euros a 581.563 entre 2018 y 2019. Carlet cierra el listado de los aumentos superiores a los cien mil euros, ya que saldó las cuentas de 2018 con 68.547 euros gastados fuera del presupuesto mientras que en 2019 el dato alcanzó los 406.256.
En Castelló el aumento se acercó, no obstante, a los cien mil euros, ya que los gastos pendientes de trámite crecieron desde los 101.051 euros de 2018 a los 196.362 de 2019. Otro de los ayuntamientos en los que creció la cuenta 413 entre ambos ejercicios es el de Benifaió, que pasó un 2018 impecable a un 2019 con 55.725 euros fuera de los presupuestos. A todos los mencionados se suman también Alberic (de 15.284 a 28.026), l’Alcúdia (de 57.720 a 86.614), Almussafes (de 0 a 9.336), l’Énova (de 50.659 a 82.441), Manuel (de 11.736 a 17.763), Montroi (de 0 a 47.715), Polinyà (de 0 a 14.494), Sollana (de 3.050 a 58.897) y la Barraca (7.167 de 14.198).
Por último, el informe también incluye tres entidades dependientes de ayuntamientos, todas ellas vinculadas al de Sueca. El Consorci de TDT de la Ribera, que saldó 2019 con 3.315 euros fuera de trámite; el Consell Agrari Local, con 4.248; y la residencia de ancianos Sant Josep, con 98.201.
