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Carcaixent teme que la tumba del criminal nazi quede impune

El consistoro enviará enmiendas al Congreso si no avala su propuesta de retirar la sepultura

Carcaixent teme que la tumba del criminal nazi quede impune

La tumba del criminal nazi Vjekoslav Luburic podría desaparecer del cementerio de Carcaixent con la nueva ley de Memoria Democrática. Aunque el borrador actual en tramitación no lo ampara jurídicamente, el consistorio tiene esperanzas en poder influir para que el texto incluya una especificación que permita exhumar al criminal nazi. Hasta ahora, la única opción del consistorio era esperar a 2026, cuando caducarán los derechos funerarios. El ayuntamiento, gobernado por Compromís y PSPV, inició hace tres años un procedimiento administrativo para retirar ese vestigio. Pero las trabas jurídicas soplaron en contra desde el principio.

La única esperanza que conservan para acelerar el proceso es la aprobación en el Congreso español de la Ley de Memoria Democrática, cuyo anteproyecto acaba de ser aprobado en el Consejo de Ministros.

El coordinador del Grupo por la Recuperación de la Memoria Histórica en el País Valencià, Matías Alonso, ha participado en la redacción de la norma. «Da un paso importante, pero existen cuestiones que están en el filo de su alcance, como la tumba de Luburic», explica el activista.

El concejal de Memoria Democrática de Carcaixent, Raimon Marí, reconoce que en el borrador actual de la nueva ley no hay ningún artículo al que acogerse. «Intentaremos influir para que el texto lo incluya. Si eso no ocurre, presentaremos una enmienda», anuncia. Si finalmente la nueva norma del Gobierno incluyese la reclamación de Carcaixent, el concejal prevé que en «poco más de un año» podría retirar el panteón.

Esperar hasta 2026 supone un riesgo. Existe el temor de que en las próximas elecciones gane la derecha, nada partidaria de la memoria democrática, y paralizase la exhumación renovando el derecho funerario a los descendientes de Luburic.

El periplo de la sepultura del criminal empezó hace tres años. Primero llegó a la Comissió de Vestigis de la Guerra Civil i la Dictadura de la Generalitat, que determinó que el caso de Carcaixent no estaba previsto ni dentro de la ley valenciana ni en la español. Los hechos criminales que cometió Luburic transcurren fuera de España y en la 2ª Guerra Mundial, un periodo al cual no hacen referencia los textos legales.

Hoy solo existe una vía legal para la exhumación: expropiar los derechos funerarios. Un trayecto que, según el alcalde, no sería «fácil ni amistoso». El consistorio se muestra reticente a esta opción para no abrir ningún frente judicial que podría retrasar, más todavía, la salida de Luburic.

El monumento funerario, presidido por el escudo del terrorismo ustacha, ocupa un espacio preeminente del cementerio y ha sido lugar de peregrinación nazi desde 1976. No han cesado los actos, misas, banderas, brazos en alto y pintadas dirigidas a homenajear al criminal nazi que se fugó de Croacia tras la Segunda Guerra Mundial a su exilio dorado en la España de Franco. Su legado criminal ha sido objeto de libros y documentales que han mostrado el horror del que Luburic fue protagonista.

En busca de vías para la exhumación

La ley solo abarca el período de la Guerra Civil y la dictadura y no contempla el caso de Luburic. El activista Matías Alonso, no obstante, es optimista porque «la nueva ley contempla la jurisprudencia internacional en materia de derechos humanos. Esta alusión abre una vía, pero falta especificarla». Alonso se ha comprometido a intentar que esa laguna legal sea «resuelta con algún tipo de especificación» para que Carcaixent se pueda acoger a ella y sacar al genocida del panteón que preside el cementerio.

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