Antella tiene 1.157 habitantes. Desde 1996 hasta hoy ha perdido cerca de un 25% de su población, que rondaba el millar y medio. Una situación que, junto con otros indicadores, ha valorado la Agenda Valenciana Antidespoblament, que le ha otorgado 41.000 euros de los fondos contra la despoblación. Antella es reconocida por primera vez en «riesgo de despoblamiento» y representa el único municipio de la Ribera que recibirá estas ayudas. El consistorio las destinará principalmente a promover viviendas en alquiler para jóvenes y favorecer la natalidad.
La Generalitat ha incrementado la asignación del Fondo de Cooperación Municipal para luchar contra el despoblamiento. Además de rebajar la barrera del número mínimo de habitantes, aumenta el importe mínimo a percibir. A pesar de incumplir el requisito de tener menos de 300 habitantes, Antella cumple los otros cinco factores para sumarse a la lista de poblaciones en riesgo de despoblación.
El Ayuntamiento de Antella destinará los fondos a promover la natalidad, al alquiler de vivendas para jóvenes, incentivar que la gente compre en el comercio local y ayudas de comedor y libros para los escolares.
El alcalde en funciones, Antonio Juan, en declaraciones a Levante-EMV anuncia que están «trabajando para articular las medidas» y se muestra satisfecho por los ingresos extra que recibirá el consistorio. Sin embargo, alerta: «Es preocupante pasar a formar parte del listado de municipios en riesgo de despoblación».
El primer edil remarca que Antella no está bien comunicada por carretera y lo sitúa como uno de los principales factores que contribuyen al «aislamiento» del pueblo: «Tenemos que pasar por dentro de la población de Gavarda ‘La Vella’ para acceder a la autovía», señala.
Antella es líder en la pérdida de habitantes en la Ribera. Ha perdido un 24,5% de sus habitantes en poco más de dos décadas. El último padrón publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) computa a 1 de enero de 2019 un total de 1.175 vecinos frente a los 1.558 que contabilizaba en el año 1996.
Este declive demográfico ha provocado una reducción de servicios y la proliferación de casas vacías. Cada año se registran bastantes más defunciones que nacimientos y los jóvenes que abandonan el pueblo para estudiar o en busca de un empleo, rara vez regresan.
Menos habitantes y más viejos
La pérdida de población tiene como consecuencia directa una pérdida de servicios. «Nos pagan a razón del número de habitantes, cada vez hay menos y cada vez tenemos menos recursos del Estado para mantener el pueblo», comentaba la alcaldesa el año pasado. Antella sigue siendo un municipio eminentemente agrícola, un sector en grave crisis que resulta poco atractivo para las nuevas generaciones. Los jóvenes tienen que salir fuera para buscar trabajo.
Aunque Antella no formaba parte de los 155 municipios declarados de alto riesgo, en algunos de los parámetros que la Generalitat analiza para la inclusión en esta lista supera a Llaurí, el único pueblo de la Ribera que forma parte de esta relación y recibe ayudas directas contra la despoblación. A partir de ahora, Antella recibirá por primera vez ayudas para combatir la creciente despoblación que amenaza al mundo rural.
Una inyección de 41.000 € que sube un 5 % el presupuesto
«Tenemos un presupuesto muy pequeño, con el que no hay suficiente para destinar recursos a luchar contra el despoblamiento. Con estas ayudas podremos hacer muchas cosas más para el pueblo», manifiesta el alcalde en funciones.
El presupuesto municipal del año pasado fue de 846.199 euros y el de este ejercicio ronda los 870.000. Con los nuevos ingresos del fondo de despoblación, el erario municipal recibirá 41.000 euros extra, casi un cinco por ciento más. De este modo, las cuentas municipales se acercarán a los seis ceros, superando los 900.000.
