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Ocho catas dictarán si Guadassuar puede acoger el futuro vertedero

El Consorcio de Residuos contrata las prospecciones y el estudio del suelo para determinar si el sector que el IGME señaló como «potencialmente apto» es adeacuado para albergar la planta

Vista general del sector Pla del Roser de Guadassuar, en una imagen de archivo. | VICENT M. PASTOR

Ocho sondeos en el sector Pla del Roser determinarán en cuestión de unos meses si los terrenos del término municipal de Guadassuar señalados por el Instituto Geológico y Minero de España (IGME) como «potencialmente aptos» para ubicar el vertedero comarcal son realmente apropiados para albergar esta instalación. El Consorcio de Residuos Ribera-Valldigna ha adjudicado ya la realización de estas prospecciones bajo la dirección de un reputado geólogo y la coordinación del propio IGME, organismo que en última instancia debe avalar la autorización para construir esta infraestructura, la tercera que necesita el consorcio para ser autónomo en la gestión de los residuos que se generan en su demarcación.

El director técnico ha determinado la ejecución de ocho sondeos y una tomografía eléctrica para realizar una radiografía del suelo que permita determinar su aptitud para albergar estas instalaciones. Fuentes consultadas detallaron que se ha previsto sondeos de unos 40 metros para realizar un mapa de isoprofundidades de la zona que señalará qué niveles son los más adecuados para albergar el vaso del vertedero si finalmente el informe es favorable.

El estudio inicial realizado por el IGME en busca de un emplazamiento para el vertedero comarcal en base a las dos únicas opciones que el consorcio puso sobre la mesa -Tous y Guadassuar fueron los únicos municipios que mostraron su disposición a albergar el vertedero comarcal- señaló el Pla del Roser como potencialmente apto, mientras descartaba las alternativas de Tous al considerar que podían presentar problemas de permeabilidad.

El informe que el consorcio hizo público en diciembre de 2019 causó sorpresa ya que la ubicación señalada por el IGME no se ajustaba a la que había ofrecido el Ayuntamiento de Guadassuar tras una consulta popular y, además, parcialmente coincidía con el emplazamiento en las inmediaciones d e la Acequia Real del Júcar descartado años atrás tras por el propio consorcio tras el pleito ganado por el Ayuntamiento de l’Alcúdia.

Guadassuar, pese a los recelos iniciales, aceptó el emplazamiento a la espera de que se estudiara con profundidad el terreno para saber si reúne las condiciones adecuadas para albergar una instalación de estas características y, finalmente, el Consorcio de Residuos Ribera-Valldigna ha contratado tanto la dirección técnica como, unas semanas después, a la empresa que se encargará de realizar los sondeos en los ocho puntos determinados por los expertos. Todos los trabajos se realizan bajo la supervisión del Instituto Geológico y Minero de España.

La elección del terreno en el que ubicar el vertedero, la tercera infraestructura que debe construir el consorcio para ser autónomo en la gestión de los residuos de los 51 municipios de la Ribera y la Valldigna, es una asignatura pendiente desde hace años ante la negativa de muchos ayuntamiento a acoger esta instalación. Están ya operativas tanto la planta de selección de residuos como la de compostaje, ambas en Guadassuar, aunque se ha demorado más de lo previsto la decisión sobre el vertedero, en buena parte por la negativa de muchos municipios a albergar la instalación o el contencioso ganado por el Ayuntamiento de l’Alcúdia que llevó al consorcio a a descartar inicialmente el emplazamiento elegido en Guadassuar por el anterior gobierno del ente.

El actual presidente, Voro Montañana, ha reconocido públicamente que se trata de una «espina clavada», al tiempo que destacaba que con la planta de compostaje se ha reducido de forma sustancial el rechazo que sale en dirección al vertedero.

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