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El estudio arqueológico anticipa la reconstrucción de la Casa Real

El Ayuntamiento de Alzira prepara el derribo de la única vivienda que queda adosada para realizar una excavación en todo el solar que ocupaba la fortaleza de Jaume I y completar el proyecto de obra

Pared de la vivienda adosada a los muros de la Casa Real en la que se han iniciado las catas de estudio previas al derribo. | PERALES IBORRA

El Ayuntamiento de Alzira ha iniciado las catas murarias en la vivienda que permanece adosada a uno de los muros originales de la Casa Real, la fortaleza en la que se alojaba Jaume I durante sus estancias en la Vila, como paso previo al derribo que permitirá realizar una extensa excavación arqueológica en todo el solar que ocupaba la torre. Se trata de un estudio obligatorio en un conjunto histórico declarado Bien de Interés Cultural (BIC) antes de acometer la reconstrucción de la Casa Real, para lo que el ayuntamiento cuenta con una subvención de 2,3 millones de euros del Ministerio de Turismo, a través del Plan Xacobeo, que ha asignado otros 400.000 € para recuperar un tramo de 250 metros del paso de ronda por el interior de la muralla desde la torre del Saludador -en el extremo del parque de Arabia Saudí más próximo a las fincas de la avenida Luis Suñer- y la propia Casa Real.

Esta inyección económica augura una transformación total de estas ruinas en un horizonte de dos años con la perspectiva de erigir un edificio que integre los restos actuales -y los que puedan aparecer durante la excavación-, que se convertirá en un museo y centro de divulgación de la figura del monarca.

El arqueológico municipal y director del MUMA, Agustín Ferrer, que el miércoles ejerció de anfitrión en la visita a Alzira de una delegación de Montpellier en el proceso iniciado para conseguir la acreditación de la ruta de Jaume I como un Itinerario Cutural Europeo, no dudó en señalar que la Casa Real será uno de los ejes fundamentales del itinerario como lugar en el que el rey abdicó en su hijo Pedro y, según recoge la información recopilada como base de este futuro itinerario cultural, falleció de camino a València.

Ferrer explicó que las catas iniciadas esta semana buscan confirmar si hay algún elemento relevante en la única casa que queda adosada a los muros de la antigua fortaleza. Se trata de una una construcción de finales del siglo XIX o principios del XX sin aparente valor arquitectónico, que se pretende derribar para dejar exentas las robustas paredes de la Casa Real de cara a la futura reconstrucción. Si las catas detectaran algún elemento que se deba conservar se integraría en el proyecto, indicó el arqueológo municipal.

El siguiente paso antes de abordar las obras para erigir el centro de divulgación dedicado a Jaume I pasa por realizar una excavación arqueológica en todo el solar. El consistorio impulsó en su momento catas en la parcela, aunque sin aproximarse en exceso a los muros dado el riesgo que presentaban antes de consolidarlos, y también prevé que cualquier nuevo hallazgo histórico se pueda integrar en el futuro edificio.

El técnico municipal recordó que el ayuntamiento ya cuenta con un proyecto básico que se desarrollará en un proyecto de ejecución. La hoja de ruta contempla que a lo largo del año 2022 se realicen los estudios arqueológicos y, en base al resultado de las excavaciones, se redacte el proyecto de ejecución de forma que en 2023 se puedan acometer las obras y se desarrolle la musealización del nuevo inmueble. Para diseñar este nuevo centro cultural se prevé abrir un proceso de participación, explicó el director del MUMA.

El derribo de unas viejas casas a principios de 2001 en la calle Santa María, en el corazón de la Vila, permitió descubrir tres muros, dos de ellos de hasta ocho metros de altura que, situados uno frente a otro y, en perpendicular a la muralla, debían marcar los límites de la fortaleza en la que se alojaba Jaume I durante sus estancias en Alzira. Los expertos siempre han mantenido que se trataba de una torre que sobresalía por encima de la propia muralla y está documentado que en ella abdicó el monarca. La tradición oral y algunos cronistas de la época también sitúan en ella el óbito, por lo que la Casa Real se presume como una de las referencias del Itinerario Cultural Europeo que impulsan las agencias de viajes valencianas y de Baleares, y que también implica a Francia e Italia, como ayer adelantó Levante-EMV.

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