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Solo Llaurí y Antella reciben ayudas para frenar el alto riesgo de despoblación

Una caída del padrón del 25 % desde 2008 permite a la pequeña localidad de la Ribera Alta beneficiarse por primera vez del fondo de cooperación

Una perspectiva aérea del núcleo urbano de Antella en una imagen de archivo. | VICENT M. PASTOR

La inclusión por primera vez de Antella entre los municipios con riesgo de despoblación también le permitirá acceder a las ayudas que, a través del Fondo de Cooperación Municipal para la lucha contra este fenómeno, asigna la Diputación de Valencia. Antella y Llaurí son las únicas dos localidades de la Ribera que aparecen en ese listado que incluye a 65 pueblos de la provincia de València, a pesar de los intentos de otros pueblos como l’Énova para que se les reconociera la situación de riesgo en base al progresivo descenso del padrón de habitantes y al envejecimiento de la población. Llaurí, además, ya se ha podido beneficiar en años anteriores de estas ayudas mientras que Antella lo hace por primera vez.

Los fondos asignados por la diputación duplican los ya concedidos por la Generalitat a través de la Agenda Valenciana Antidespoblament. De este modo, el Ayuntamiento de Antella recibirá otros 41.257 euros, según la asignación de ayudas no finalistas publicada por la diputación, que destina a Llaurí otros 40.629 euros.

«La verdad es que para nosotros representa mucho, porque ya supone un gran esfuerzo tener que cubrir todos los servicios y nos viene muy bien para intentar que, por los menos, los jóvenes decidan quedarse », explicó ayer el alcalde accidental, Antonio Juan, mientras estimaba que en la última década Antella ha podido perder «al menos 300 habitantes», lo que considera un ritmo demasiado elevado en este proceso de despoblación.

Las estadísticas ya han señalado en los últimos años los casos de Llaurí y Antella como los más preocupantes por la pérdida de población o el índice de envejecimiento, lo que ha obligado a los dos ayuntamientos a activar ayudas a la natalidad y medidas de apoyo a la población escolar con el fin último de evitar que las familias jóvenes opten por estableceres en municipios con mayor oferta de servicios.

Valga como ejemplo que el último padrón oficial correspondiente al año 2020, según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), computa en Antella 1.157 habitantes frente a los 1.549 que había censados en 2008, lo que representa un descenso de más del 25 % o 392 vecinos menos en cifras absolutas. Si bien en aquellos años que coinciden con la crisis provocada por el pinchazo de la burbuja inmobiliaria el padrón registraba pequeñas oscilaciones, desde 2011 la tendencia a la baja no ha dado ni un respiro.

Requisitos que se deben cumplir

Con todo, no se trata del único requisito que la Administración analiza para declarar que existe riesgo de despoblación en un municipio. Pueden ser beneficiarios de las ayudas del Fondo de Cooperación Municipal para la lucha contra la despoblación aquellos pueblos que cumplan con al menos cinco de las seis condiciones que recoge el decreto que regula estas ayudas: que la densidad de población sea inferior o igual a 20 habitantes por kilómetro cuadrado; que la tasa de crecimiento de la población en los últimos veinte años sea menor o igual al cero por ciento; que el saldo vegetativo, es decir, la diferencia entre nacimientos y defunciones en las últimas dos décadas sea menor o igual a - 10 % o que el porcentaje que representa la población mayor de 64 sobre la menor de 16 sea menor o igual al 250 %. También se analizan el índice de dependencia y la tasa migratoria.

Las ayudas a la natalidad como el «cheque-bebé» arbitradas por el Ayuntamiento de Llaurí ya empiezan a dar resultados -la demanda de alumnos ha llenado este curso la «escoleta» infantil- mientras que, en el caso de Antella, el alcalde en funciones destaca el esfuezo que se está realizando para mantener en la localidad a la gente joven. «Hemos montado una oficina para facilitar información sobre las ayudas que hay para la vivienda y hemos invertido en el comedor del colegio, además de recuperar ‘l’Escola d’Estiu’, y también en las próximas fiestas hemos organizado ‘l’Escoleta de Nadal’, este dinero nos viene muy bien», subraya Juan.

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