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La CHJ solo contempla una de las tres presas que proyectó contra las riadas

El ministerio impulsa el embalse de Montesa para regular el Cànyoles mientras desaparecen del plan de gestión de riesgos los del Sellent y el Magro

Desbordamiento del río Albaida en su confluencia con el Xúquer, en el término de Alberic, en una imagen de archivo. | V. M. P.

Los primeros planes de defensa contra las riadas del Xúquer que se elaboraron tras las inundaciones de 1982 contemplaban además de la reconstrucción de la presa de Tous y los nuevos embalses de Escalona y Bellús, todos en funcionamiento desde hace años, otras tres presas encargadas de mejorar la seguridad de la Ribera mediante la regulación de los caudales de tres peligrosos afluentes como el Cànyoles, el Sellent y el Magro.

Cada vez que se registra una crecida que amenaza con desbordamientos en la comarca los alcaldes y la sociedad civil recuerdan las obras de defensa pendientes que han pasado de un plan de defensa a otro sin llegar a materializarse, entre las que con frecuencia citan las presas de Montesa, Estubeny y el Marquesat. Esta última llegó a ser descartada por problemas geológicos y geotécnicos, según trascendió en su momento, mientras que la Administración frenó hace casi una década la presa en el río Sellent.

Ni la presa del Marquesat para regular el Magro ni la de Estubeny para controlar las crecidas del Sellent aparecen en las últimas versiones del Plan Hidrólogico de Cuenca (PHC) y del Plan de Gestión del Riesgo de Inundación (PGRI). El ministerio, por contra, licitó en noviembre el contrato de servicios para la tramitación ambiental y la redacción del proyecto de construcción de la presa de Montesa, concebida para regular los caudales del Canyòles, río que desemboca en el Albaida aguas abajo de la presa de Bellús y que en los últimos episodios de fuertes lluvias ha provocado su desbordamiento en la confluencia con el Xúquer en Alberic.

Fuentes de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) explican que las presas de Estubeny y Marquesat fueron objeto entre los años 2005 y 2011 de un análisis de viabilidad técnica, económica y ambiental «que detectaron una serie de riesgos por inestabilidad en las cerradas que hacía necesario nuevos estudios geotécnicos de mayor grado de detalle» y que esta situación ha motivado que actualmente estas dos presas no estén incluidas ni en el plan de cuenca ni en el de Gestión del Riesgo de Inundaciones.

No obstante, la CHJ recuerda que para reducir el riesgo de ninundación del Xúquer en la Ribera, la dirección general del Agua del Ministerio de Transición Ecológica ha promovido dos actuaciones dirigidas por técnicos de la Confederación: la redacción del proyecto constructivo de la presa de Montesa, actualmente en fase de licitación, y el estudio de alternativas para la reducción de riesgos encargado a la empresa Técnicay Proyectos, SA, (Typsa) el pasado mes de junio con un plazo de ejecución de 24 meses.

El objetivo de este segundo contrato, destacan desde la CHJ, es la redacción de proyectos que sean viables desde el punto de vista técnico, económico, social y ambiental y que permitan reducir el riesgo en la llanura de inundación del Xúquer, actualmente provocado «principalmente por las aportaciones de los ríos Sellent y Cànyoles». Uno de les estudios encargados debe plantear soluciones al riesgo que el barranco de la Casella representa para el casco urbano de Alzira.

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