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Salom optará de nuevo a la alcaldía si se lo pide Compromís

A favor: finalizar los proyectos emprendidos; en contra, el desgaste personal

Salom se muestra «a disposición del partido» para revalidar la alcaldía por tercera vez. | VICENT M. PASTOR

«Estoy a disposición del partido». Así responde Paco Salom, alcalde de Carcaixent, ante la decisión de liderar de nuevo la lista de Compromís para las elecciones municipales previstas para mayo de 2023 y tratar de revalidar la alcaldía por tercera vez. A pesar de ello, insiste: está «indeciso, en pleno debate interno».

A favor juegan las ganas de cerrar los proyectos ya emprendidos, imposibles de concluir antes de la cita electoral. En contra, el desgaste anímico y personal, especialmente tras una legislatura «particular»; no solo por el impacto local de la pandemia sanitaria que el propio Salom reconoce, sino también por la convulsión política de una legislatura marcada por la inestable gobernabilidad y las tensiones recurrentes en el seno de la coalición.

A expensas de esclarecer su decisión personal, Salom y su equipo continúan trabajando porque lo importante es «el proyecto político» y los objetivos que comparte con los militantes del partido. Por eso la reflexión personal no evoluciona al margen de la agrupación local, cuyos dirigentes y militantes ya trabajan en la confección global de la campaña para las municipales de mayo del 2023, con debates «más allá del candidato». Principalmente, están centrados en «hacer balance» y, en base a ello, establecer «cómo se puede sacar el mejor resultado».

Los procesos internos de los partidos marcan los plazos y, por tanto, Salom insiste en esperar y «no adelantarse al colectivo», con tiempo para dilucidar si quiere «irse o insistir»; aunque no evita incidir en que la pandemia les ha impedido desarrollar muchos proyectos y «hay cosas que me gustaría acabar». Aún así, considera que es lógico que haya «cierta renovación» en las listas de la formación para el 2023.

Legislatura convulsa

Sin duda, la legislatura en Carcaixent ha sido cuando menos intensa. La inestabilidad de la coalición —gobierna en minoría con el apoyo volátil de Juan Albert, tránsfuga de Ciudadanos— se ha agravado por las tensiones recurrentes entre Compromís y el PSPV. El último ejemplo es la falta de acuerdo para aprobar el presupuesto del 2022 por «diferencias de criterio». Este mismo desencuentro amenazó con dinamitar la coalición el pasado verano ante las desavenencias entre los dos partidos por la subida de los impuestos municipales. Lograron salvar el gobierno municipal in extremis, gracias a la mediación de Juan Albert.

La falta de entendimiento de la izquierda carcagentina se traslada también a la derecha local, con un enfrentamiento entre el PP y el grupo local Units per Carcaixent, con procesos judiciales de por medio. Así que, al margen del bloque que resulte ganador en las urnas en mayo del 2023, la gobernabilidad de la próxima legislatura tampoco se prevé a priori nada apacible.

Una coalición en minoría a expensas de Juan Albert

El apoyo inconsistente de Juan Albert tampoco ha contribuido a apaciguar la situación, posicionándose en contra del equipo de gobierno, en temas como el rechazo a la planta fotovoltaica del Realenc. Su volatilidad —él se apoda a sí mismo como «juanista»— tampoco habrá sido una sorpresa puesto que, ya en la década de los 90, dio el gobierno al PP en contra de su partido por aquel entonces, Unió Valenciana.

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