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La crecida del río Buñol deja aislada durante tres días una urbanización de Turís

Dieciséis familias, principalmente personas mayores, residen todo el año en la zona

La retroexcavadora cruza el río con los dos pintores en la cabina.

La espectacular crecida del río Buñol mantiene aislada desde el lunes una urbanización del término de Turís con medio centenar de chalés, si bien solo 16 viviendas están habitadas todo el año, principalmente por personas mayores, según detallan los vecinos, al quedar bajo el agua el acceso principal a través de un badén que cruza el cauce. Dos pintores que el lunes subieron a trabajar a una vivienda de la urbanización Peña la Nota ya no pudieron regresar por la tarde y han permanecido aislados hasta que el ayuntamiento ha enviado a mediodía una retroexcavadora que, no sin dificultad, ha cruzado este paso para acudir al rescate. «El agua cubría bastante, daba miedo, pero se ha atrevido a pasar», relataba Javier, uno de los pintores ya de regreso a casa, mientras señalaba que, afortunadamente, el chalé en el que estaban trabajando estaba bien acondicionado, «tenía luz y agua e incluso algo de comida en la nevera, y nos hemos podido defender». Otros residentes no ocultaban su malestar ante una situación que se repite de forma cíclica. «No nos queda pan y en mi caso tampoco hay agua, se ve que se ha roto alguna de las tuberías y como no pueden cruzar el río no se puede localizar la avería», señaló Rosa Escribá.

El acceso a la urbanización Peña la Nota se encuentra muy cerca de la confluencia del río Buñol -también conocido en la zona como río Juanes- con el Magro, si bien es el primero el que en episodios de fuertes lluvias anega el acceso principal. Existen alternativas, alguna de las cuales implica dar un importante rodeo en dirección a Alborache, aunque Escribá, de 74 años,señaló que suele convertirse en un barrizal cuando llueve y en esta ocasión ni siquiera lo habían intentado por miedo. Javier confirmó que de las posibles salidas«ninguna era fiable» debido a las fuertes lluvias. 

«El lunes se juntaron los dos ríos en la llanura y era totalmente un lago», relata Escribá, que lamenta la falta de soluciones y carga contra el ayuntamiento. Tampoco podía ocultar su enfado Yoshhi, una enfermera de origen búlgaro ya jubilada tras 22 años de trabajo en España, que reside desde el pasado julio en esta zona. «Tengo a mi madre de 90 años en la cama y no puedo dejarla. No tengo pan. Llamé al ayuntamiento y me contestaron de forma irónica que yo sé muy bien dónde me he comprado la casa y que ahora mismo no pueden hacer absolutamente nada por nosotros, incluso que era yo la irresponsable por no tener provisiones, me indignó el tono», incidió.

Yoshi tenía el lunes cita con el médico por la mañana aunque, según señala, el agua ya pasaba sobre el badén y llamó para anularla. Javier, por su parte, comenta que un chicó todavía cruzó sobre las 16 horas «ya con riesgo» si bien cuando él y su compañero se disponían a bajar a las 18.15 horas «ya era imposible pasar». «Fue culpa mía porque sabía que iba a pasar pero por intentar acabar un trabajo esa tarde hemos perdido dos días», indicó. El agua derribó la valla del chalé más próximo.

Vicente Navarro, de 83 años y unos de los que más tiempo lleva en la partida del Pla de Tortosa, admitía que la situación «preocupa, por supuesto, porque estamos como en un cárcel sin poder salir». «En casa tenemos congeladores y tenemos comida, pero así mucho tiempo no se puede aguantar», indicó.

Los vecinos reclaman que es eleve el badén y, sobre todo, que se limpien con frecuencia los vanos inferiores para facilitar el paso del agua y evitar esta situación que se repite de forma cíclica. En diciembre de 2016 dos guardias civiles se jugaron la vida para rescatar al conductor de un vehículo que quedó atrapado en este badén entrando a nado en el río. En aquel temporal quedaron atrapados tres vehículos. Apenas tres meses después, en marzo de 2017, la urbanización volvía a quedar aislada por la crecida del río Buñol.

El alcalde de Turís, Eugenio Fortaña, defiende que los trabajos de mantenimiento y limpieza del badén que periódicamente realiza el ayuntamiento habían contribuido a que en los últimos años no se haya inundado, pero advierte de que «la cantidad de agua que baja estos días no la había visto nunca». Fortaña explica que el ayuntamiento tiene un proyecto para reconstruir el badén y ampliar los ojos que incluso está ya presupuestado, pero esta obra precisa de la autorización de la Confederación Hidrográfica del Júcar y, según apunta, «aunque estuviera hecho, en una situación como ésta, se hubiera inundado igual».

Sobre el malestar que exponían los vecinos por la respuesta del ayuntamiento al solicitar ayuda asegura que nunca se ha pronunciado de esa forma y que, de hecho, había ofrecido a otra familia de Turís la posibilidad de cruzar con la retroexcavadora aunque ésta había preferido quedarse en el chaé. «No creo que se haya dado esa respuesta y en todo caso puede ser un comentario», indicó.

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