El Family Cash Alzira FS tiene esta tarde (20:00 horas en el Palau d’Esports) una gran oportunidad para certificar matemáticamente su participación en la promoción de ascenso a Primera División. Aunque no dependerá exclusivamente del resultado cosechado ante el Bisontes Castellón, habrá que esperar que la jornada acompañe.
A falta de tres partidos para que concluya la fase regular del campeonato en la segunda máxima categoría del fútbol sala español, el conjunto que dirige Braulio Correal ocupa una meritoria e histórica cuarta plaza. Tras 31 jornadas, ha sumado 51 puntos (quince victorias, seis empates y diez derrotas). Mismo balance que el quinto clasificado, el Atlético Benavente, que cierra los puestos de «play-off». Cinco puntos les separan a ambos de El Ejido, por lo que si la diferencia supera los seis este fin de semana, los ribereños tendrán garantizada la disputa por una plaza en Primera.
Para ello, deben producirse dos factores: el triunfo hoy ante el Bisontes y la derrota mañana de El Ejido, que visitará la complicada pista del Peñíscola, de la que solo dos equipos han salido victoriosos esta temporada.
El segundo es plausible. El primera, deberá ganárselo con mucho esfuerzo. El Family tendrá a su favor la condición de local y, dada la importancia de la cita, espera que su fiel afición sea, una vez más, ese sexto jugador que ayuda a superar los desafíos más exigentes.
En el partido de ida, en el pabellón Fernando Úbeda, el Alzira FS logró una gran victoria en los últimos segundos. Rubi abrió el marcador en la primera parte y, a diez minutos del final, Lorca puso de nuevo las tablas en el encuentro. Fue un tanto de Gonzalo Castejón, cuando al partido le restaban escasos segundos, el que rompió la igualada.
Ambos conjuntos llegan al encuentro con la motivación de haber vencido en la última jornada. El Bisontes logró los tres puntos, en casa, ante El Ejido (3-2) y rompió una racha de cinco partidos sin ganar. El Family, por su parte, venció al Calvià ante su público por 5-4 en un divertido y sufrido duelo.
El partido de esta tarde será el primero en dos años en el que los jugadores y la afición se vean las caras en el sentido más literal de la expresnión, ya que el uso de la mascarilla no será obligatorio.
