Si el Xúquer es el eje natural que vertebra la Ribera, la CV-50 ejerce la misma función en lo que a movilidad respecta. Tanto es así que es capaz de registrar, en ciertos tramos, hasta el doble de vehículos que cualquier otra carretera de la comarca. No es de extrañar que, a lo largo de las últimas décadas, se sucedan las reivindicaciones que han reclamado (y reclaman) soluciones urbanísticas para extraer el elevado volumen de tráfico de los cascos urbanos. El punto con una mayor intensidad media diaria de vehículos supera los 24.000, según los últimos datos publicados por la Conselleria de Política Territorial, Obres Públiques i Mobilitat, referentes al año 2021.
La irrupción de la pandemia redujo en 2020 la circulación de vehículos en la Ribera ya que durante varias semanas la población quedó confinada en sus hogares. Al año siguiente, y ya con una situación de mayor normalidad, el tráfico rodado ha recuperado su habitual presencia en la red de carreteras. La estadística autonómica revela una clara dependencia del principal eje viario de la comarca: la CV-50, que la recorre de norte a sur y atraviesa algunas de las localidades más importantes.
La carretera CV-50 sobrepasa los 90 kilómetros para unir Tavernes con Llíria, sin embargo, es un tramo muy concreto de la comarca el que registra una afluencia de vehículos capaz de, como mínimo, duplicar a cualquier otro vial. Se trata del comprendido entre el acceso sur de Alzira y el acceso a la Autovía A-7 en l’Alcúdia, que recoge no solo el tráfico de las tres localidades por las que discurre, sino también el de las colindantes. Un vial de acceso casi obligado para muchos vecinos, además de para las empresas, ya que supone la conexión con la capital provincial.
En concreto, la franja que registró el pasado año un mayor volumen de tráfico fue la comprendida entre la rotonda de la CV-43 y el acceso a Guadassuar, que concentró unos 24.408 vehículos diarios. Algo menor, aunque son cifras muy similares, fue la densidad en los tramos entre la mencionada glorieta y el sur de Alzira (22.505) y el que completa el trayecto hasta la autovía (22.667). Son, de hecho, los únicos puntos de medición en la red de carreteras autonómicas de la Ribera que superan los veinte mil vehículos al día.
Estos datos implican duplicar, como mínimo, al resto de carreteras de la comarca. Solo existen dos excepciones y se trata de viales cercanos a los mencionados. Por un lado, el tramo que une la CV-50 con Carcaixent, que alcanzó el pasado año una intensidad media diaria de 13.327 vehículos; por otro, el ramal que sirve de conexión entre el Mercado de Abastos de Alzira y su acceso norte, que registró 17.410. De hecho, además de las mencionadas, tan solo carreteras superan los diez mil vehículos diarios. El enlace entre Carcaixent y Cogullada (12.398), el acceso sur de Algemesí desde Alzira (12.203), el tramo entre la glorieta norte de Almussafes y la AP-7 (10.819), el vial entre la rotonda del Molí Borrego y el Mercado de Abastos de Alzira (11.669), la unión entre Carlet y l’Alcúdia (11.784) y la entrada norte de Sueca desde la N-332ª (11.274).
La memoria anual de aforos de la Generalitat Valenciana también analiza la circulación de camiones o tráilers por sus carreteras. En dos tramos de la comarca, el tráfico pesado representa más del 10 % de los vehículos que por ahí circulan a diario. Uno de ellos es el comprendido entre el enlace de la AP7 en Ford y la A7 en el polígono industrial de Picassent, que alcanza el 14,6 %. El segundo es el que une el acceso norte de Algemesí y Albalat, con el 12,3 %.
Con todo, en términos absolutos, y como es lógico, es la franja de la CV-50 entre Alzira y la autovía la que registra más vehículos de gran tonelaje. Se calcula que alrededor del 6,4 % del total, lo que supondría unos 1.400 camiones o trailers al día. Como curiosidad, en una jornada circulan por allí más camiones que automóviles de cualquier tipo en la carretera que une Montroi y Turís, el vial menos concurrido de la Ribera.
