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Vecinos de Càrcer se niegan a aceptar un tanatorio cerca de sus viviendas

Casi un centenar de residentes reclama al ayuntamiento que aleje la funeraria de sus casas

Construcción del tanatorio en Càrcer | LEVANTE-EMV

La historia se vuelve a repetir, esta vez en Càrcer y Alcàntera del Xúquer. Vecinos de ambas localidades, que están unidas, se niegan a aceptar la apertura de un tanatorio dentro del casco urbano. En su defensa alegan que este tipo de negocios no favorecen la convivencia en el barrio, aparte de ser disuasorios para otros comercios y viviendas de los alrededores. Decenas de residentes en ambos municipios han recogido firmas y las han presentado en el Ayuntamiento de Càrcer, que está revisando todas las licencias y permisos de la empresa funeraria ante la oleada de quejas vecinales.

La polémica generada por la ubicación de estos negocios parece extenderse por toda la Ribera. Este tipo de protestas ya se han convertido en habituales en la comarca. El nuevo tanatorio previsto en Càrcer se ubica en la avenida València, una de las vías que separa este municipio de Alcàntera del Xúquer y, por tanto, es uno de los lugares más transitados dado que el tráfico, tanto de vehículos como peatonal, entre ambos pueblos es incesante.

Y tampoco es la primera vez que se expresa el rechazo vecinal a un tanatorio en Càrcer. En 2016 se consiguió frenar la apertura de uno de esos locales en la Plaza de España, conocida popularmente como la Plaça de les Malvines, al no considerarse adecuado situar un negocio funerario justo debajo de viviendas y delante de un parque muy utilizado por niños todas las tardes. Hoy la situación es prácticamente idéntica, al lado del local donde se quiere ubicar el tanatorio se encuentra una frutería y a su alrededor existen más tiendas de diversa índole. Es un barrio residencial, cuyos vecinos no aceptan esa propuesta.

Las familias que viven en la zona no han visto la iniciativa con buenos ojos. Durante los últimos días ya han recogido 94 firmas y las han entregado en el ayuntamiento para que quede constancia de su rechazo. El alcalde carcelino, Pepe Botella, ha admitido que está al corriente de la opinión del pueblo y se ha comprometido a revisar las licencias y permisos que ha presentado la empresa funeraria, junto al informe de los técnicos municipales.

Algunas de las alternativas que han propuesto y transmitido los vecinos de la localidad al alcalde son diversas, como trasladar el tanatorio a un polígono más lejano a Càrcer o por lo menos ubicarlo en algún lugar en el que no interfiriera con la vida diaria de la ciudadanía ni de los comercios que se encuentren alrededor.

Buscar soluciones para un problema cada vez más común

Algunos municipios de la Ribera han tenido problemas en el pasado con la apertura de tanatorios. Muchos de ellos han optado por aprobar la suspensión provisional de la concesión de licencias para negocios que pudieran ocasionar problemas de convivencia por estar cerca de las zonas residenciales.

l’Alcúdia tomó esta decisión en 2018 y Almussafes hace escasas semanas, como solución para evitar el rechazo frontal que plantean los vecinos.

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