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El Racó de Pachorra: Un rincón con nombre y clima propios

La perforación del pozo permitió convertir en un vergel de naranjos una zona de montaña y secano

Una perspectiva del Rincón de Pachorra, a los pies de la urbanización El Respirall y con el motor de riego en el centro. | PERALES IBORRA

Nadie sabe con certeza de donde procede el nombre, pero un plano fechado en el año 1905 ya identifica una construcción como la Casa del Rincón de Pachorra y el barranco del mismo nombre entre una tierra de secano en la que predominaba la viña por encima de los algarrobos, almendros u olivos.

La constitución en 1911 de la Sociedad Civil de Riegos «La Emprendedora» contribuyó a transformar un sector que abarca aproximadamente 31 hectáreas (375 hanegadas) tras ganar terreno a la montaña para convertirlo en un pequeño vergel de campos de naranjos tremendamente productivos. «Costó mucho convertir el secano en regadío porque el terreno estaba muy desnivelado, se tuvo que abancalar para poder regar a manta, pero el coste humano y económico fue elevadísimo», relata Miguel Fraquest, que considera que el trabajo que realizaron los antepasados era digno de ser contado y fruto de esa ilusión es el libro «El Racó de Pachorra. Vergel de naranjos, un recorrido por el pasado», que acaba de publicar.

Este ingeniero técnico agrícola ya jubilado es un perfecto conocedor de este rincón ubicado al pie de la urbanización El Respirall en dirección a la Murta que, según señala, destaca por su microclima y por la calidad del suelo. La elevación del terreno aprovechando la orografía montañosa ha protegido estos cultivos de las heladas por «inversión térmica», que eran más frecuentes que las provocadas por olas de frío polar o procedentes de regiones continentales. En las heladas por inversión térmica el aire frío, al ser más pesado, se desplaza hacia las zonas más bajas del valle, mientras que la tierra rojiza y con bajo contenido en cal, lo que favorece la absorción de hierro, ha propiciado el desarrollo en aquellos campos bien trabajados de árboles frondosos y de un color verde oscuro muy llamativo «más productivos que en otros lugares», afirma Frasquet, hasta el punto que, señala, en 1961 se llegó a denominar el Rincón de Pachorra como «emporio de riqueza naranjera».

Un esfuerzo que valió la pena

El libro de actas de La Emprendedora, una entidad centenaria conocida popularmente como el Motor de Pachorra que Miguel Frasquet preside desde hace catorce años, da cuenta del esfuerzo realizado, pero también de los beneficios que obtuvieron los agricultores que impulsaron la transformación de secano a regadío: «Evidentemente, el sacrificio desde el punto de vista económico fue importante, pero si se compara con el resultado obtenido, les compensó con creces; una prueba de ello es que en 1910 se pagaron dos campos de viñedo a mil pesetas la hanegada con vistas a ser transformadas en regadío, cuando su valor de mercado hubiera sido tan sólo de 250 pesetas».

Fue a partir de 1915, con la extraordinaria obra de ingeniería que supuso la perforación del pozo para la captación de aguas subterráneas, cuando comienza a cambiar «la ruda fisonomía d elas tierras en el Racó de Pachorra». Frasquet detalla en su trabajo que mayoritariamente se establecieron huertos de poca superficie , realizando bancales para aprovechar los desniveles y grandes muros de piedra, que, no obstante, mejoraron la economía de aquellos agricultores y sus herederos, al tiempo que configuraban un nuevo paisaje en este singular rincón del llano de la Murta. Inicialmente se inscribieron en la sociedad de riegos 226,80 hanegadas (18,88 hectáeras) y cada uno de los agricultores participaba de acuerdo a la superficie de riego que aportaba.

En 1920 la sociedad aprobaba un proyecto de ampliación para que los socios pudieran inscribir la totalidad de tierras de su propiedad, alcanzando un total de 312 hanegadas, que seis años después pasarían 323.

El motor de Pachorra cumplió en 2011 un siglo de vida. El rincón, en el que predominan las naranjas de segunda temporada por su clima «privilegiado», mantiene de forma mayorita la actividad agrícola pese a las dificultades del sector.

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