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Tribuna del domingo

Siete años perdidos en alzira

Siete años perdidos en alzira

Esta semana se cumplen 3 años desde que se iniciara la actual legislatura, y la anterior se cumplieron 7 desde que Diego Gómez, catalanista laico reconvertido en nacionalista aconfesional (gajes del oficio o puede que un milagro), accediera a la alcaldía de Alzira de la mano de Compromís. Recordemos el contexto: la presunta corrupción del PP, que tras cientos de absoluciones por el camino con sus respectivas vidas destrozadas, y muchas causas todavía en fase de instrucción a pesar de los años transcurridos, fue el caldo de cultivo para que un partido con apenas representación, y cuyos miembros en la oposición, entre los que se encontraba el actual alcalde, apenas se prodigaban en actos a no ser que fueran los Premis Literaris u otros de esa índole, accedieran al gobierno local de la mano de un PSOE a la deriva, y de IU, actualmente sin representación. Todo ello a pesar de que las elecciones las ganó el PP, claro.

Partiendo de la base de que estoy convencido de que todas las personas que dirigen una ciudad actúan con el objetivo de mejorarla, y honestamente no pienso lo contrario de Diego Gómez, lo cierto es que detrás de aquellas camisetas reivindicativas que hizo famosas su imputada Mónica Oltra (veremos si ahora sirve su exigencia de imputación= dimisión), y frases tan locuaces como la de «venim a salvar persones», queda una nefasta gestión que ha supuesto 7 años perdidos para nuestro municipio. A los hechos me remito.

Educación: Tras la construcción bajo gobiernos del PP de un Instituto de Educación Pública, el IES La Murta; dos nuevos centros educativos, el Federico García Sanchiz y el Gloria Fuertes; una nueva Escuela de Adultos (que pese a las campañas en contra del traslado de su ubicación, ahora es la sede de cualquier acto político de Compromís); la implantación universitaria de los grados de Magisterio y Educación; hemos pasado a cero infraestructuras educativas. Sí, los de la «Educació Pública i de Qualitat» han hecho cero en esta materia. Bueno sí, impulsar la supresión de una unidad de educación concertada que después los tribunales devolvieron.

Deportes: De la construcción de una Ciudad Deportiva como la Jorge Martínez «Aspar», centro neurálgico del deporte en la actualidad o un trinquet municipal, hemos pasado a conformarnos con que, en el mejor de los casos, y tras tener que repetir el pliego técnico por errores en su redacción, se espera poder reparar el techo del Fontana Mogort, tras tres años cerrado. De la recién construida nueva pista deportiva en el Venecia que es más bien una piscina a poco que llueva, mejor no hablamos.

Medio ambiente: A pesar de creerse los adalides de esta materia, la realidad es que en 7 años nos encontramos con que el gobierno local únicamente se ha limitado a continuar los proyectos iniciados por el PP, es decir, el Anell Verd y la Via Verda.

Limpieza: En apenas 7 años hemos pasado de recibir reconocimientos por la limpieza en la ciudad (véase distinciones como la Escoba de Oro), a ser una de las ciudades más sucias, probablemente, de todo nuestro entorno y además en todos los barrios de nuestra ciudad.

Seguridad: Además de haberse incrementado la delincuencia, según el Consejo General del Poder Judicial, lo cierto es que la inseguridad en los barrios se ha acrecentado de manera exponencial, con el aumento del índice de ocupaciones ilegales, a los que la declaración por parte del alcalde y de su grupo de una «ciudad libre de desahucios» (otra declaración de Gómez para el recuerdo), probablemente no haya ayudado mucho.

Urbanismo: Además de complicarnos la vida a todos aquellos que necesitamos usar el coche para trabajar o para desplazarnos con hechos como la prohibición del giro a la izquierda en la Avenida Santos Patronos, su proyecto estrella, la calle Pérez Galdós, es el ejemplo de la «eficacia» de los gobiernos de izquierdas: mucho autobombo y propaganda, pero a los tres años está para reformar por completo.

Inundaciones: A pesar de que el alcalde nos deleitara tras las inundaciones bajo su mandato con frases como la de «el agua que está en el canal no está dentro de Alzira» (a modo clase para alumnos de Primaria), obviando que desde que dicha infraestructura existe se han inundado en dos ocasiones dos barrios que no lo hacían desde la «Riuà» del 87, ahora nos encontramos con que la solución que nos ofrecen es derribar el Pont de Xàtiva para ampliar el barranco de la Casella. Como siempre advertimos desde el PP, empiezan la casa por el tejado haciendo dicho canal y dejando en el cajón la ampliación del barranco, como el PP había dejado a punto de ejecutar antes de ser desalojado del gobierno.

En fin, sin duda, la falta de conocimientos y la inexperiencia han hecho mella en la gestión del gobierno local durante 7 años. Las camisetas y las frases estuvieron muy bien, e incluso siempre es bueno que se produzcan cambios de ciclos políticos de cara a la regeneración democrática, pero tras ello queda una nefasta gestión, necesitada de dirigentes políticos con experiencia profesional en la empresa privada (los actuales gobernantes en un 90 % son funcionarios de la enseñanza o siempre han vivido de la política), y experiencia. En definitiva, tras 7 años perdidos necesitamos urgentemente un cambio de rumbo que permita recuperar la esencia de una Alzira capital de comarca y cuna de la creación de riqueza y empleo que ha dejado de ser.

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