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Los ayuntamientos reducen un 13,8 % su deuda a pesar de la crisis sanitaria

Cullera concentra el 28 % del débito comarcal

Pese a la buena gestión municipal, Cullera todavía es la localiad más endeudada de la Ribera. | PERALES IBORRA

Prácticamente la mitad de ayuntamientos de la comarca puede presumir de tener unas cuentas totalmente saneadas. Veinticinco de las cuarenta y siete localidades que conforman la Ribera cerraron el ejercicio 2021 libres de deudas.

Según los registros del Ministerio de Hacienda hasta el año 2008, Fortaleny es el municipio que encadena más ejercicios consecutivos sin obligaciones financieras con bancos u otras entidades de préstamos. Los catorce años analizados, concretamente. Uno más que Albalat y Massalavés. Son los tres pueblos que sobrepasan una década sin deudas.

Diez años exactos acumula Benicull, otro de los ayuntamientos que mejor ha gestionado sus cuentas en las últimas legislaturas al renunciar al endeudamiento. Manuel y Polinyà acumulan ocho años libres de deudas mientras que Rafelguaraf y Catadau, siete. La casilla del débito encadena seis ejercicios consecutivos a cero en Sumacàrcer, Llombai, Alfarp y Càrcer. En el caso de Alginet, Gavarda, Sellent y Tous, su deuda viva se ha mantenido a cero durante el último lustro.

Entre los consistorios libres de cargas económicas también se encuentran Antella, Carlet, Castelló, Corbera, Cotes, Favara, Real, Sant Joanet y Sollana. Todos ellos encadenan cuatro o menos años sin recurrir a financiación externa.

Sant Joanet es el último pueblo en sumarse al listado. El pequeño municipio de la Ribera Alta acumulaba en 2019 una deuda de 94.000 euros, lo que se traducía en 186,51 por habitante. El ejercicio siguiente se saldó con una ligera reducción al situarse en 91.000. Sin embargo, hizo un esfuerzo durante el pasado año para quedarse libre de cargas.

Los ayuntamientos de la Ribera todavía pagan los excesos inversores de épocas pasadas. En las últimas legislaturas se ha extendido el mantra de «no gastar más de lo que se ingresa», pero no siempre fue así. Los consistorios de la comarca arrastran un volumen de deudas que supera por poco los 56 millones de euros. Sin embargo, esta cantidad se ha reducido durante los dos últimos años en un 13,8 %. Ni siquiera la irrupción de la pandemia ha afectado, en demasía, las cuentas municipales.

El último informe del Ministerio de Hacienda analiza el año 2021, último ejercicio completo. Los ayuntamientos de la comarca acumulaban, a su conclusión, 56.053.000 euros de deuda viva. Una cifra que ha descendido progresivamente a lo largo de la presente legislatura. En el año 2020, era de 58.989.000 euros; mientras que en 2019, de 65.069.000. La evolución evidencia que la irrupción de la pandemia ha afectado a los consistorios, aunque a un nivel menor de lo que cabría esperar. De hecho, ha implicado que se reduzca a un ritmo menor. Pero disminuye, al fin y al cabo.

De los 56 millones que conforman el débito comarcal, el 28 % pertenecen a Cullera. Pese a que la ciudad turística ha reducido sus deudas de forma más que notoria en los últimos años, al cierre de 2021 todavía tenía que devolver 15,7 millones, lo que representa prácticamente la mitad de su presupuesto ese año. Cada habitante tendría que abonar 691,39 euros para sanear por completo las arcas municipales.

Llaurí, en el Top-50 nacional

Sin salir de la Ribera Baixa, Llaurí es el pueblo con un mayor nivel de deuda per capita de la comarca y se sitúa en el número 47 del ranking nacional. Su delicada situación económica se prolonga desde hace años. Hacienda llegó a embargar los bienes municipales al ayuntamiento, que tras diversas sentencias judiciales relacionadas con nefastas políticas urbanísticas cerró el ejercicio 2021 con un débito de 3,2 millones de euros. Lo que significa el 264 % de su presupuesto y una deuda por habitante de más de 2.700 euros. Junto a Llaurí, l’Énova (1.159 €/h, la Pobla Llarga (939 €/h) y Beneixida (1.343 €/h) conforman los pueblos de la Ribera con más apuros financieros.

De entre las grandes ciudades de la comarca, Alzira es la que presenta un nivel de endeudamiento menor en relación al volumen de habitantes. La capital de la Ribera Alta cerró sus cuentas de 2021 con un pasivo de 3,6 millones, frente a los 5,9 de 2019. La reducción implica que su deuda por habitante se sitúe en 80,51 euros. Prácticamente la mitad que Sueca o Algemesí. La capital de la Ribera Baixa incrementó su deuda entre 2020 y 2021 al pasar de los 3,9 millones a 4,4. Esto equivales a 158,67 euros por vecino. En el caso de Algemesí, entre 2020 y 2021 ha reducido sus obligaciones financieras en casi medio millón de euros para dejarlas en 4,3 millones. O lo que es lo mismo: 156,89 euros por habitante.

Tras Cullera, Carcaixent es la segunda con mayor deuda de entre las cinco grandes ciudades. Cada vecino tendría que abonar 250,46 euros para reducir a cero los compromisos económicos del consistorio. La reducción, no obstante, ha sido enorme. El ayuntamiento ha devuelto en dos años más de 3,5 millones.

Veinticinco ayuntamientos, libres de cargas

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