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Alcohólicos Anónimos detecta un repunte y teme que la crisis lo agrave

La eliminación de las restricciones tras la pandemia o el incremento de la interacción social durante el verano pueden suponer un incremento de nuevos casos o de recaídas en el alcohol

Grupo de Alcohólicos Anónimos. | LEVANTE-EMV

La labor del grupo de Alcohólicos Anónimos en Alzira ha cobrado todavía más importancia durante los últimos meses. La pandemia ha ido acompañada de un aumento de casos de consumo de alcohol tanto en la comarca como a nivel nacional. «Hemos notado que viene más gente a pedirnos ayuda porque quiere recuperarse de esta situación, que se ha agravado todavía más», indica un miembro del grupo. Añade: «La gente seguía bebiendo en casa durante aquellos meses y eso ha supuesto un problema mayor para las familias, ya que debían convivir durante las 24 horas del día con la persona y sin saber cómo actuar». No obstante, la asociación explica que durante esas semanas se continuaban realizando reuniones virtuales.

Ante este incremento, la asociación reivindica la necesidad de hacer un llamamiento a la población que sufre esta situación para que «vean que no están solos, se sientan comprendidos, se den cuenta que hay otras personas que han vivido lo mismo y, sobre todo, recordar que hay salida, aunque parezca un infierno».

Desde el grupo reconocen que el alcoholismo es una enfermedad. «Somos personas enfermas que queremos curarnos, como ocurre con cualquier otra enfermedad, y, por lo tanto, no tenemos que sentirnos culpables de la situación porque estamos intentando buscar una solución al problema para mejorar nuestras vidas», recalcan.

No obstante, con la llegada del verano y, por consiguiente, el incremento de las relaciones sociales, el grupo teme que se produzca un incremento de nuevos casos o de recaídas por parte de los usuarios. «Nos hemos acostumbrado a que el alcohol forme parte de nuestra cultura y, por consiguiente, no es extraño que haya recaídas porque, ante esta situación, se busca cualquier excusa para volver a beber», inciden desde Alcohólicos Anónimos. A ello se suma el temor de una posible crisis económica, ya que, en sus palabras, «estos problemas pueden agravar el alcoholismo». Ante esta situación, el centro reivindica que «siempre son acogidos con los brazos abiertos e intentan darles cariño». Añaden: «Ellos son libres de decidir si quieren quedarse o irse, pero saben que siempre tendrán las puertas abiertas». Para ellos, lo más importante es cumplir el primer paso: «Admitimos que éramos impotentes ante el alcohol, que nuestras vidas se habían vuelto ingobernables».

Alcohólicos Anónimos recuerda que su labor es una herramienta más para combatir esta enfermedad que puede afectar a cualquier persona, independientemente de su edad o estatus social. «Hay un estereotipo falso, ya que la población cree que la gente que acude es de edad avanzada y sin recursos», exponen. No obstante, reconocen que hay un perfil predominante durante los últimos años. «Muchas de las personas suelen tener 55 años y han perdido su trabajo o su familia, es decir, han tocado hondo y quieren cambiar», explican. Aunque reconocen la labor de la familia, ya que «les suelen acompañar y saben que hay una asociación que les puede ayudar a ellos porque también sufren esta enfermedad». Por ello, el programa no solo pretende eliminar estos hábitos de consumo, sino «mejorar su vida, recuperar la dignidad y descubrir la persona que llevan dentro».

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