Carcaixent ha iniciado la fase de participación pública de los proyectos previstos por la Confederación Hidrográfica del Júcar para reducir el riesgo de inundaciones en los cascos urbanos de Carcaixent y Cogullada. El alcalde, Paco Salom, considera "de gran importancia" que la ciudadanía interesada conozca las propuestas y haga sus aportaciones.

Se plantea, como ya avanzó Levante-EMV, un nuevo lecho para que el barranco de Barxeta desemboque directamente en el Júcar para evitar su estrangulamiento. Esta actuación permitirá desviar el flujo de inundación y evitar así que este se desborde el término de Carcaixent cuando el barranco de la Casella de Alzira vaya lleno y no permita desembocar en él.

Además, se instalarán compuertas en el tramo antiguo del Barxeta para sellarlo en los periodos de inundaciones, recibiendo exclusivamente las aguas de escorrentía procedentes del casco urbano de Carcaixent. Ello permitirá que circule por él una cantidad mucho menor de agua y que pueda transformarse en un lecho fluvial ecológico y de infiltración de aguas.

La Confederación recupera este proyecto ya planteado en antiguos planes de protección contra inundaciones y suma su renaturalización y el aumento de su capacidad de absorción de agua, un aspecto muy importante en los cada vez más habituales episodios extremos de lluvia.

Por otra parte, se plantea la construcción de una mota de 635 metros de longitud y de entre 2,5 y 3 metros de altura para proteger Cogullada tanto de las crecidas del Barxeta como del Barranco de los Prínceps, utilizando también la actual CV-41 para completar este cierre de protección. La concejalía de Territorio coincide con la propuesta de la Confederación e insiste en la necesidad de que esta mota se convierta en un corredor verde que se use como paseo saludable, además de proteger Cogullada de las constantes inundaciones.

El alcalde anima a la ciudadanía a participar en este proceso, puesto que “es una oportunidad para identificar objetivos comunes y diferencias entre todos los agentes implicados y poder analizarlas y resolverlas con suficiente antelación, además de ser una manera de mantener la reivindicación histórica y urgir a la administración competente a no dilatar las actuaciones y a iniciar las obras en el menor tiempo posible”.