El Ayuntamiento de Gandia ha adjudicado la gestión del Centre Esportiu del Grau para los próximos 15 años. La nueva contrata es una Unión Temporal de Empresas (UTE) formada por Valoriza Servicios Medioambientales, Grupo de Gestión Deportiva Progres y Outdoor Deporte, Aventura y Naturaleza, SL, que fue la que se llevó la mayor valoración, con 90 puntos sobre 100 posibles.

Con esta operación, el consistorio gandiese acaba con un centro que ha sido un auténtico quebradero de cabeza para el ayuntamiento, sobre todo, porque le ha costado a las arcas municipales casi cuatro millones de euros por una sentencia.

Con esta adjudicación a tan largo plazo, el Gobierno local ha buscado, además de la rentabilidad económica de las empresas, lograr «una estabilidad en la gestión» de un espacio que, en los últimos años, había sido un vaivén, llegando incluso a cerrar en varios periodos por problemas en las instalaciones o por la falta de personal para asegurar el servicio.

Al concurso se presentaron tres empresas, siendo la ganadora la más destacada en puntos, muy alejada de las otras dos. En la elección de esta UTE han pesado mucho las mejoras que presentaba, puesto que aseguraba una inversión de 600.000 euros en las instalaciones a lo largo de los tres próximos lustros, la sustitución de las máquinas de fitness cada tres años, la implantación de un sistema de hidrólisis del agua y la ionización del cobre para desinfectar el agua de forma ecológica, algo para lo que se compromete a invertir 30.000 euros. Además, también propone aumentar la captación de energía solar y aumentar la eficiencia energética.

El concejal de Contratación, José Manuel Prieto, explicó que dentro del plan de gestión, explotación y mantenimiento de las instalaciones, la empresa adjudicataria presentó una propuesta basada en actividades para todas las edades, personas con discapacidad y programas específicos de actividades acuáticas.

La UTE, a su vez, pagará un canon de 115.200 euros anuales, una cifra bastante alta que permitirá al ayuntamiento recuperar al menos una parte de la inversión que se ha visto obligado a realizar por los problemas derivados de la anterior gestión del centro.

«Con esta adjudicación, solucionamos la explotación de un centro que recibimos de la pasada legislatura en pésimas condiciones», denunció ayer José Manuel Prieto. El edil recordó que «durante una legislatura entera», la instalación no recibió ninguna labor de mantenimiento, «lo que nos obligó a cerrar sus puertas durante meses para proceder a una reforma en la que invertimos más de 300.000 euros».

Cuando el PP accedió al Gobierno de Gandia, en la pasada legislatura, la empresa que gestionaba el centro pidió la rescisión del contrato al comprobar que no era rentable mantenerlo en vigor. El Ejecutivo presidido por Torró facilitó el adiós pero se negó a hacerse cargo de los más de tres millones de euros de la hipoteca del edificio. La empresa denunció al ayuntamiento y el juez les dio la razón, por lo que, finalmente, las arcas municipales tuvieron que hacer frente a ese coste.

Durante la legislatura popular, el Gobierno local intentó adjudicar el servicio sin lograr sus frutos.

Después pasó a manos de IPG y se realizaron contrataciones de prestación de servicios, fórmula que se ha seguido hasta el momento para mantener el centro abierto.

La UTE que tomará el control de la piscina mantendrá los precios tal y como estaban fijados. Actualmente existen 18 tarifas distintas en función de los servicios a los que se quiera acudir. Los abonos de temporada, por ejemplo, cuestan 240 euros, mientras que la cuota familiar mensual asciende a 105. El pase general para un adulto es de 42 euros, los usuarios con carnet joven o desempleado pagan 40, mientras que a los jubilados les cuesta 35 y a los discapacitados 25.

Una de las novedades que ofrece la gestora es la disgregación de los abonos anuales. Los que utilicen solo la piscina pagarán 150, mientras que a los que hagan uso también del gimnasio les costará 365. Hasta ahora pagaban los mismo.