En la era de las nuevas tecnologías y la inmediatez, que las empresas dispongan de recursos para crecer y ofrecer el mejor servicio a sus clientes, resulta primordial, en tanto que les permite estar a la misma altura que sus competidores y no quedarse atrasadas. Esto no es siempre posible, y no porque las compañías no se esfuercen en contar con los últimos avances, sino porque el entorno o el espacio en el que se encuentran ubicadas no ha contado con las inversiones necesarias para contar con esa tecnología.

En la comarca de la Safor, hasta once zonas industriales siguen sin disponer a día de hoy de una conexión a internet de banda ancha (30 megas o más) que permita contratar comunicaciones de alta velocidad con ningún operador.

Estos polígonos, que suman casi 900.000 metros cuadrados de superficie, se encuentran en Bellreguard (con cinco puntos distintos sin cobertura), Beniarjó, Benifairó de la Valldigna, Miramar, Palma de Gandia, Palmera y Ròtova. Son localidades, todas ellas, de menos de 10.000 habitantes. Pese a ello, en algunas de se ubican o están a punto de hacerlo, importantes empresas, como es el caso de Bellreguard, donde ya se está construyendo la nave que albergará el centro logístico de la empresa Clave Denia, propietaria de las tiendas Ale-Hop, o Ròtova, que alberga la planta de transferencia de residuos propiedad del Consorci. En Benifairó hay varios almacenes de naranjas y Alverlamp, una empresa dedicada a la fabricación de luminarias sostenibles que distribuye a todo el mundo.

Las líneas que llegan a estos puntos industriales tienen una velocidad inferior a os 30 megas, un servicio que ya se supera con creces en muchas viviendas, donde, en la mayoría de ocasiones, no se precisa de tanta velocidad.

Las empresas, para disponer de una conexión con una velocidad digna, se ven obligadas a contratar servicios que utilizan otras tecnologías pero que se encarecen de forma desmesurada, lo que hace que no estén en igualdad de condiciones respecto a otras competidoras.

Los datos los recoge la Conselleria de Economía y Hacienda a partir de las informaciones remitidas por los propios ayuntamientos y que han servido para elaborar un mapa de las llamadas zonas blancas.

El objetivo de este censo es el de conocer cuál es la situación real municipio a municipio para poder facilitar la obtención de ayudas. Las actuaciones que propone la conselleria «abordarán el problema desde distintas áreas competenciales», con el fin de eliminar las barreras que dificultan el despliegue de estas infraestructuras de telecomunicaciones.

Los trabajos incluyen, entre otras, ayudas a los ayuntamientos para la construcción de canalizaciones para el despliegue de fibra, simplificar la tramitación de permisos para la construcción de estaciones base o de cableados de fibra y, una de las actuaciones de mayor impacto, un programa de ayudas a operadores para cofinanciar el despliegue de redes banda ancha que prevé lanzar la propia Conselleria de Hacienda y Modelo Económico en 2018.