No es algo insólito, pero tampoco es habitual. Este tiempo loco que ha protagonizado el principio de la temporada turística en la Safor ha permitido que quienes querían disfrutar de la playa en Semana Santa pudieran hacerlo con sol y temperaturas de llegaron a rozar los 30 grados. Todo lo contrario a lo ocurrido en muchos días del mes de mayo y en estas primeras jornadas de junio, cuando, generalmente, el clima mediterráneo en estas latitudes ya permite estar en la playa, e incluso meterse en el agua, sin sobresaltos.

Porque, como explicaron ayer responsables de hoteles y del servicio de socorrismo de la Cruz Roja de Gandia, el «mal tiempo» de este mayo y junio ha incordiado a miles de personas. Mientras los establecimientos hoteleros están registrando ocupaciones por encima del 70%, incluso rozando el 80, los días para disfrutar de la playa han sido relativamente escasos. Por disfrutar de la playa, a estas alturas del año, se entiende ponerse el bañador, tomar el sol y darse un chapuzón.

Eso es lo que buscan, a finales de mayo y principios de junio, quienes aprovechan que los hoteles son más baratos antes de entrar en la época más masificada del turismo y, especialmente, los meses de julio y agosto. Se trata de familias sin hijos en edad escolar, y muchos jubilados, que se han sentido perjudicados, sin saber a quién echar la culpa más que al socorrido «mal tiempo».

Responsables de la Cruz Roja confiesan que, cuando ha hecho sol y no ha sopado el viento, la playa de Gandia ha estado abarrotada, como en los otros años por estas mismas fechas. La novedad, sin embargo, es que han sido muchísimos los días en que, o bien por falta de sol, o por el fresco viento de procedencia marítima, o por la lluvia, los turistas se han tenido que resguardar.

Las chaquetas y mangas largas se han visto como nunca entre mayo y junio, y la situación meteorológica no apunta a cambios para este domingo, el segundo de junio.

Pese a todo, cada día los socorristas, a veces tan abrigados como quienes miraban el mar con el pantalón por encima del bañador, no han dejado de vigilar para evitar incidentes.