Los aspirantes de la sexta edición de MasterChef se enfrentaron en Oliva a un durísima prueba de exteriores, la elaboración de un menú diseñado por el chef Manuel Alonso, poseedor de una estrella Michelín. Los concursantes, divididos en dos equipos, tuvieron que elaborar 4 platos para 50 comensales en un tiempo récord, lo que sacó su lado más competitivo y puso a prueba su capacidad de trabajar en equipo, su técnica en la cocina y su templanza.