Los vecinos de la plaza de Europa de la playa de Oliva por fin pueden respirar tranquilos, en el amplio sentido del término. Durante más de siete años, en verano, han tenido que soportar malos olores, mosquitos y la insalubridad que generaba el agua estancada de la Séquia Mare, que desemboca en ese punto al mar. El problema estaba en el agua de rechazo de la planta de osmosis inversa que en 2010 se construyó para eliminar los nitratos del agua y hacerla potable.

El líquido en sí, aunque cargado de nitratos, no estaba contaminado. Lo que ocurría era que en ese punto se estancaba y ese era el motivo por el que se generaba la putrefacción que tanto molestaba a los vecinos de esa vía.

En los últimos meses se ha llevado a cabo la obra de canalización por parte de la concesionaria de suministro de agua potable en el municipio para conducir las aguas del rechazo de la planta hasta el punto más próximo de alcantarillado, en la calle de Santiago, zona residencial Canyaes.

La tardanza en solucionar esta cuestión hay que buscarla más de 20 años atrás. En 1996 la Conselleria de Sanidad alertaba de que las aguas que estaba extrayendo la concesionaria del servicio, Aguas Potables de la Playa de Oliva SA (Apposa) de los pozos de las partidas la Sort y Canyaes para suministrar agua a la playa de Oliva, sobrepasaban los niveles de nitratos establecidos por la normativa vigente para el consumo humano.

Ante la imposibilidad material de poder rebajar dichos niveles, la concesionaria optó, como medida provisional, por comprar el agua baja de nitratos a otra suministradora, Aguas de Bullent. Diez años después, en 2006, el ayuntamiento instó a Apposa para que pusiera los medios técnicos que precisara para solucionar el problema de los nitratos, de tal forma que no fuera necesario que el suministro de agua de su ámbito territorial dependiera de otras concesionarias.

Fue así como se presentó el proyecto de mejora de la red de suministro de agua de la playa de Oliva que incluía la construcción de una planta de osmosis inversa para eliminar los nitratos y sulfatos. La infraestructura quedó habilitada a lo largo del 2009 y se inauguró en 2010. De manera provisional y a la espera de recibir la autorización por parte de las administraciones central, autonómica y local, la empresa informó de que el agua de rechazo que genera el proceso de tratamiento sería vertida a la Séquia Mare (un 10%). Esa situación, en principio temporal, se ha demorado en el tiempo hasta ocho años.

En 2016 se reanudaba el expediente sobre la autorización del vertido y la concejala de Salud Pública, Inma Ibiza, organizó «un intensivo programa de reuniones entre todas las administraciones implicadas», que finalmente han dado el positivo resultado esperado durante tanto tiempo por el vecindario, según informaban ayer desde el Ayuntamiento de Oliva.

En 2017 y tras lograr toda la documentación necesaria, el consistorio informaba favorablemente sobre el vertido del agua de rechazo de la planta de osmosis a la red de alcantarillado porque, según explicó ayer a este periódico Inma Ibiza, «cumple con los requisitos que señala nuestra ordenanza municipal». Para llegar a este punto, han tenido que conceder permisos organismos estatales y autonómicos, además de locales.

Con las obras de canalización de la planta al alcantarillado se pone punto y final a años de insalubridad en la plaza Europa.