Los ayuntamientos de la Safor siguen cumpliendo con sus obligaciones financieras. La deuda con los bancos de los 30 municipios de la comarca (Gandia queda fuera por su especial situación) se redujo en más de 10 millones de euros en 2017. En suma, al 31 de diciembre del pasado año, las administraciones locales contabilizaban un endeudamiento con las entidades bancarias de 21,4 millones de euros, cuando en la misma fecha del ejercicio anterior ascendía a 32,2 millones. Ello supuso una reducción de más del 33%. Los datos aparecen en la liquidación de los presupuestos municipales del 2017 que acaba de hacer públicos el Ministerio de Hacienda.

Desde que en 2012 el Gobierno amenazó con intervenir aquellos consistorios que siguieran con la senda abierta unos años antes, sin control alguno ni en el gasto ni en las inversiones, los alcaldes y concejales se pusieron las pilas y ejecutaron las medidas necesarias para empezar a reducir sus agujeros financieros.

La única deuda que muchos contrajeron a partir de entonces fue en 2012, la referente al Plan de Pago a Proveedores al que se adhirieron a propuesta del Ministerio de Hacienda, que consistía en el préstamo de un dinero por pate del Estado con el que tenían que hacer frente a las famosas «facturas en los cajones», impagos a profesionales que habían prestado sus servicios a la administración local. Muchos de los ayuntamientos han amortizado la totalidad de este préstamo mucho antes de los 10 años previstos.

Por municipios, cabe detenerse en el caso de Oliva. La segunda ciudad de la comarca hizo frente en 2017 a más de 3,9 millones de euros para reducir su deuda de 4,9 a 1 millón. Como el documento refleja los datos del 2017, no recoge la última novedad, que es que el consistorio olivense, a principios de este 2018, anunciaba el pago de la totalidad de las cuotas para situarse en deuda cero.

Lo mismo ocurre en Almoines. En los datos referentes al pasado año, el Ministerio de Hacienda apunta que este ayuntamiento redujo sus obligaciones con los bancos de 473.500 euros a apenas 95.000. Este mismo año, el Gobierno local, formado por tres ediles del partido Units per Almoines, ha dejado el ayuntamiento sin deuda. En tres años, el consistorio ha hecho frente a 700.000 euros de deuda bancaria.

Otros consistorios que han reducido de forma su abultada deuda han sido Tavernes de la Valldigna, que ha pasado de más de 10 millones de euros a 8,2, lo que supone el pago de más de 1,8 millones en un año para reducir a la mitad los 16 millones en los que se encontraba en 2012. En esta localidad, su alcalde, Jordi Juan, siempre ha defendido que la intención de su gobierno no era la de llegar a la deuda cero al final de la legislatura, pues alcanzar ese objetivo le supondría renunciar a inversiones. Xeraco ha amortizado casi 1,3 millones.

Como datos curiosos, Miramar aparece con una deuda de 38 euros, mientras que Guardamar debe 49. Otras localidades sin deuda son Beniflà, La Font, Palmera, Simat, Llocnou y Almiserà.