Las urbanizaciones Montesol y Monte Pino de Gandia, afectadas junto a Las Cumbres por el incendio de Llutxent que arrasó más de 3.000 hectáreas la pasada semana, van recuperando, poco a poco, la normalidad. El Ayuntamiento anunciaba ayer el reestablecimiento de los servicios de electricidad y agua en las dos primeras, mientras que en Las Cumbres, la más afectada por el fuego, aún deberán esperar unos días.

En concreto, en lo que respecta a la electricidad, en la urbanización Monte Pino, de las 85 viviendas existentes ya hay servicio en 82. En tres de ellas se han hallado anomalías a nivel particular que deberán ser subsanadas. En Montesol hay 82 viviendas, de las que solo ocho siguen sin tener suministro. En esta misma urbanización, el ayuntamiento también ha puesto en funcionamiento el alumbrado público.

El agua está reestablecida en todas. Eso sí, desde Aguas de Valencia avisan de que se podrían generar problemas en las partes altas de las urbanizaciones por falta de presión.

Pese a que las viviendas vuelven a disponer de estos servicios básicos para que los vecinos puedan ir recuperando su vida poco a poco, el desalojo ordenado la noche del lunes 6 de agosto, cuando las llamas empezaron en Llutxent, sigue vigente y, por tanto, oficialmente, aún no pueden volver a sus casas. De hecho, ayer mismo, durante una reunión del Cecopi que tuvo lugar por la mañana, se adoptaba la decisión de prorrogar unos días más el estado de desalojo.

Así, según ha podido saber este periódico, se acordó crear tres grupos de trabajo formado por técnicos de la Conselleria de Infraestructuras y de Medio Ambiente y también municipales para que evalúen, casa por casa, si los propietarios pueden ir regresando. Estos expertos evaluarán tres aspectos diferentes. Por una parte, se estudiarán los daños estructurales que hayan podido sufrir las viviendas por la acción del fuego. Otro de los equipos se encargará de controlar el estado en el que se encuentran las infraestructuras viarias, mientras que un tercero analizará la zona a nivel medioambiental para analizar el daño que se hayan producido a los árboles, y, por tanto, estudiar el peligro que puedan tener algunos de ellos de caída y, si es el caso, talarlos.

Existe, además, otra cuestión que impide que los vecinos puedan volver, y es la prórroga del nivel de emergencia 2 por riesgo de incendio. Mientras se mantenga en ese estado, la zona sigue siendo, a nivel técnico, susceptible de sufrir fuegos.

Desde el Ayuntamiento de Gandia señalaron ayer que, pese al reestablecimiento de los servicios básicos, «aún no son de total normalidad, por lo que, en función del daño registrado en cada vivienda podrían surgir problemas del servicio». Por ello, recomiendan a los propietarios de las casas que acudan con un técnico electricista a conectar el suministro, ya que el incendio podría haber afectado al mecanismo de forma interna y, por lo tanto, causar algún problema tipo cortocircuito.

Mientras las urbanizaciones siguen desalojadas, varios operarios de seguridad privada siguen vigilando la zona para evitar que haya hurtos en las viviendas, algo que exigían los propietarios.

Independientemente de la orden que se haya dado por parte de los servicios de emergencias, al menos el pasado martes, había vecinos que reconocían que ya habían dormido en sus casas varios días, todo y que la prohibición de regresar seguía en vigor porque creen que su vivienda «está bien».