Con una cierta emoción, mirando a los militantes y periodistas que asistieron a la rueda de prensa, con la mano puesta a la altura de su corazón, Carla Ripoll tardó poco en pronunciar unas palabras muy meditadas: «Yo no puedo estar en otro partido». Lo dijo, obviamente, sabiendo que después, como hizo este periódico, se le preguntaría por las conversaciones o negociaciones que mantuvo con dirigentes de Vox, que le plantearon ser candidata municipal Gandia e, incluso, para ir al Congreso de los Diputados por la provincia de València.

La exconcejala y exsenadora no eludió la respuesta. «No creo que fuese nada extraño que quisieran hablar conmigo», dijo Ripoll, aclarando que, salvando algunas distancias, mantiene afinidades ideológicas con el partido de Santiago Abascal. Eso sí, aclaró que en ningún momento ha dejado de pertenecer al PP, su partido «de toda la vida», confesando incluso que Manuel Fraga es «mi padre político».

«¿Qué hubo con Vox, conversaciones», sentenció Ripoll, añadiendo que en ese proceso nunca se ocultó, que tomó café con responsables de este partido en céntricos locales de Gandia y que hablar con cualquier persona, sea del partido que sea, está en sus principios políticos.