¿Con qué intención se creó la Comisión de Biorresiduos del COR?

El gran reto de esta legislatura, junto a la paz social en nuestras comarcas, era cumplir con las exigencias europeas sobre separación en origen de los residuos orgánicos que ya nos planteaban en 2010. Europa dio entonces una moratoria hasta 2020, pero en la pasada legislatura este tema fue el gran olvidado. Ahora hemos puesto el tema encima de la mesa, pero en dos años y medio es muy difícil gestionarlo teniendo en cuenta la gran diversidad de municipios que tenemos.

¿Cuáles han sido las acciones más destacadas hasta la fecha?

En primer lugar, hacer que el tema cale en la sociedad, y después poner en marcha proyectos piloto como el que ya se realizaba en Carrícola, y que se ha ampliado a otros municipios como Bocairent, Ayora o la Font de la Figuera. Además hemos impulsado islas de compostaje y el seguimiento en otros ámbitos como el escolar. Ha sido muy difícil realizar estas gestiones con tanta celeridad, porque no hay que olvidar que esta comisión se pone en funcionamiento ya bien entrado el 2017.

¿Qué hay sobre la Estrategia de biorresiduos que se ha aprobado en asamblea?

Todas las formaciones políticas hemos entendido que no podíamos seguir tirándonos la basura a la cabeza. Debíamos unificar criterios y definir un futuro en este sentido. En la legislatura que viene, la agenda de biorresiduos pasará a ser protagonista en este Consorcio. Por el momento hemos aprobado la construcción de una planta de biorresiduos en Ayora para tratar los restos orgánicos de toda la comarca del Valle de Ayora, y ahora toca definir dónde se ubican las otras tres que se pretenden construir. Una de ellas será para la Canal de Navarrés, otra para las comarcas de la Costera y la Vall d'Albaida, y otra para la Safor. La intención es que cada comarca llegue a tratar sus propios residuos.

¿Serán las únicas instalaciones que se plantean en esta estrategia?

No. También hemos definido 25 islas de compostaje y ya se han aprobado las 16 primeras, que se encuentran en fase de redacción del proyecto, previo paso a la adjudicación. Se trata de unas infraestructuras que contribuirán a que la gestión de los biorresiduos sea más efectiva y que se ubicarán en pequeñas poblaciones o núcleos urbanos concretos. La hoja de ruta final todavía no está definida, pero lo que está claro es que el tratamiento de residuos debe hacerse lo más cerca posible del foco de generación.

Hablaba de municipios implicados en proyectos piloto de compostaje. ¿Qué respuesta está habiendo por su parte?

La gente se empieza a dar cuenta de que lo importante es hacer que bajen las toneladas de residuos, ya que eso se traducirá en una reducción del precio de la tasa que cada año se paga. ¿Por qué? Pues porque la separación en origen de los residuos es más barata que la gestión posterior.

Usted es alcalde de la Font de la Figuera, ¿cómo está funcionando concretamente allí?

En la Font de la Figuera, en 2017 generamos 1.035 toneladas de residuos, y a finales de ese año nos adherimos al proyecto de compostaje mediante 53 familias y tres restaurantes del municipio. Gracias a ello el pasado 2018 conseguimos reducir el número de toneladas hasta las 876, lo que supone una reducción de casi el 15%.

También se ha llegado a las escuelas. ¿Qué papel juega el compostaje escolar?

El proyecto 'Compostaescola' está planteado para que todos los centros puedan sumarse, pero formar parte no deja de ser decisión de los centros. Los más pequeños dispondrán de materiales que les explicarán cómo hacer compost y cómo se discrimina qué va a cada contenedor. Es muy importante porque cuando las niñas y los niños llegan a casa pueden servir de apoyo a sus padres o a sus abuelos. La educación facilita el respeto por el medio ambiente.

¿Diría que la gente está suficientemente concienciada hoy en día sobre la separación de la fracción orgánica?

No, todavía hay mucho trabajo por delante. Estamos muy contentos de cómo se ha aprobado la estrategia de biorresiduos, pero hay que ser realistas. Los representantes políticos debemos explicarle a la gente que se trata de cumplir una ley que beneficiará a las nuevas generaciones y favorecerá un nuevo modelo de gestión de residuos. Eso además abre la puerta a que el gasto del COR pueda verse reducido, y con ello la tasa que se paga.

¿Cuáles son los siguientes pasos del COR en materia de biorresiduos?

La hoja de ruta ya está planteada y consensuada. En la nueva legislatura toca definir dónde se deben ubicar las plantas, y también cómo se van a organizar las instituciones para ver cómo se gestionan los residuos.